domingo, 31 de enero de 2010

Tiempo

"El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahi por lo que se nos escapa el presente"
Gustave Flaubert

Si bien el reloj está marcando una hora y al terminar este texto marcará otra, sé que no es verdad. Si bien sé que tengo una historia, un pasado, y que me pasarán diversas cosas en el futuro, sé al mismo tiempo que no las puedo vivir. No puedo vivir el pasado y no puedo vivir el futuro.

El tiempo como concepto universal no tiene sentido. En el espacio el tiempo no existe. Para esta tierra mi vida es de un tiempo imperceptible, y para un cigarra mi tiempo de vida es ilimitado..... pero no sólo eso.... Mi vida es impercedera, ya que viví en mis ancestros y viviré en mis descendientes.

Lo que marca el reloj no es más que nuestra discriminación y fraccionamiento de la vuelta al mundo sobre su propio eje. El tiempo en el reloj entonces es creado por nuestro discernimiento relativo, no es algo absoluto. Desde ese punto de vista, el pasado y el futuro no existen, o más bien se funden en un sólo gran tiempo presente: ahora.

No tengo ninguna manera de vivir el pasado, no tengo ninguna manera de vivir el futuro, solo puedo vivir el presente. En toda mi vida siempre he vivido y viviré el presente.

El pasado, mi historia, lo que soy, está vivo en mí, ahora. Toda mi historia, e incluso la de mis antepasados está acá conmigo y me acompañarán en esta continuidad de presente. Soy el ahora y siempre lo fuí y lo seré. Desconocer parte de mi pasado, evitarlo, olvidarlo, es olvidarme de mi mismo. Yo soy esa historia. Vivir del pasado, de lo que no tengo ahora es vivir en la mentira, en la fantasía, es no reconocerme en lo que soy. El tiempo pasado no fue mejor, soy mejor con el pasado en mi presente.

Si bien el futuro no existe, puedo traer mi visión de vida a mi presente. Vivir sin visión en tener una ahora trunco, es dejar que el agua se entanque y descomponga. No hay forma de tener un buen y próspero presente sin una buena visión. Dicho de otro modo, tener una visión es traer lo que se quiere de la vida al presente.

Así mi historia y mi visión hacen vivir mi presente. Qué importante es iluminar mi historia, reconocer lo bueno y lo malo de ella, básicamente es me permite reconocerme.... saber quien soy. Que importante es tener una clara visión de la vida, saber lo que quiero ser ahora. Ambas, historia y visión, son las claves de la felicidad en el hoy......

fui muy confuso para explicarlo????

domingo, 3 de enero de 2010

Avatar

Fui a ver Avatar, subtitulado, 3D, combo cabrita más bebida grande, fila de tres cuartos de hora y toda la parafernalia. Iba con 0 expectativa, no sabía de qué se trataba, sólo sabía que era la película más cara que se haya hecho. James Cameron se dio el lujo de gastar 300 millones de dólares (sólo en la producción). No sé si los vale o no…. probablemente no es necesario gastar ese presupuesto para hacer una película buena, pero debo reconocer que la película me inspiró. Si bien la trama se sitúa en otro planeta, no pude dejar de pensar en el nuestro. Si bien los protagonistas eran extraterrestres, no pude dejar de pensar en nuestra raza. Si bien la película se sitúa varios siglos en nuestro futuro, no pude dejar de pensar en lo que pasó varios siglos en el pasado, más bien 5 siglos atrás: 1942. De ahí se desprenden grandes diferencias en el choque de dos mundos: Europeos y Americanos. Para los Europeos, los Americanos no eran considerados de su misma estirpe, fueron considerados bestias, simios inferiores dignos de someter a esclavitud. No sólo eso, los Americanos se encontraron con una tecnología europea alienígena que no podían entender, con armaduras, cañones y rifles que en nada se podían comparar a las lanzas y flechas. Fue un encuentro verdadero entre dos especies de planetas distintos. Al igual que los Na’Vi de la película, los Americanos nativos tenían un conocimiento acabado de la naturaleza que los envolvía y un vínculo con la tierra que el Europeo nunca entendió (y aún seguimos sin entender). Grandes diferencias en el sentido de vida, sociedad, uso de recursos y del amor. Que ganas de que ese conocimiento hubiese quedado vivo en nuestras generaciones.