lunes, 15 de junio de 2009

Las Emociones y el Agua

A fuera llueve y algo pasa conmigo. Estoy contento de que caiga agua a la tierra, muy contento, estaba demasiado seco. De pasada se limpia el aire de Santiago aunque sea por algunas horas. Pero algo más pasa, la lluvia me trae una tranquilidad que añoraba, un relajo en el cuerpo y tranquilidad en la mente... toda una ceremonia.

Está lloviendo… y se me ocurre que somos como lagunas. Si, somos lagunas de las emociones. En la vida nos llega un río de emociones, a veces torrentoso, a veces calmo y constante. El agua del río, el afluente, llega a nuestras lagunas y nos recorre proporcionándonos agua fresca y vida. Pero si no evacuamos esa agua, se estanca, se pone oscura y de mal olor, si no le damos salida al agua, además de podrirse, en algún momento va a rebalsar, no seremos capaces de contenerla y provocaremos inundación a nuestro alrededor. Es por eso que tenemos que tener otro río que salga de nuestro lago, que permita equilibrar las aguas, que permita evacuar lo sobrante y dejar más espacio para siga llegando agua nueva y fresca.

Apostaría que si en nuestra vida no nos llega mucha agua (emociones) vamos a tender a deprimirnos, nos secamos. Si en cambio si no tenemos un buen efluente, un río que evacue nuestras aguas, apuesto a que nuestras vidas estarán llenas de ansiedad… ansiedad de evacuar esas aguas que se encuentran estancadas. En este caso nada se mejora evitando que llegue más agua desde el afluente, solo lograremos no rebalsarnos pero el agua seguirá estancada, y ya sabemos lo que ocurrirá. Mala combinación la de depresión y ansiedad.

La clave entonces es ser buenos lagos con equilibrio de nuestras aguas, dejando que la vida corra por nosotros.

Hay una extraña relación entre las emociones y el agua.... no sé por qué, pero así es.

Algunos dicen que en los ojos, en nuestra mirada, está la ventana que conduce a nuestro corazón y a nuestra alma. Tal vez será por eso que cuando nos emocionamos de verdad y dejamos fluir esa emoción, brota el agua desde ellos.

domingo, 7 de junio de 2009

Las Emociones II

He pensado harto sobre las emociones, será porque están siempre presentes en mi vida, y creo que en la de la mayoría de las personas. Sin embargo tenemos una cultura que nos guía a taparlas, o mejor aún a no sentirlas. Cuando decimos que una persona es muy emocional le colocamos una etiqueta negativa. Es más, creo que no he llorado (signo típico de emoción) en meses, tal vez años, y muchas veces he tenido ganas, pero me contengo. Mis hijos en cambio lloran a diario y se ven llenos de energía. Los adultos modernos no queremos ser emocionales, queremos ser racionales… ¿Será eso correcto?
Tengo la convicción que las emociones son muy importantes en la vida, de hecho son las que nos mantienen con vida….. mejor dicho aún: son las emociones las que permiten que la vida pase a través nuestro.
En el hombre primitivo las emociones nos permitieron sobrevivir, el responder ante una urgencia, el quedarnos escondidos en nuestra guarida ante un peligro o el salir a pelear cuando fuese necesario. Nos dio la energía necesaria para salir de momentos difíciles. Nos permitió cambiar rápidamente nuestro ánimo, nuestro estado de alerta, el tono muscular, la circulación, para responder a esa emergencia o situación crítica. Fueron las emociones las que nos permitieron cazar y salvar a nuestra familia para que siguieran dejando descendencia. Las emociones son respuestas muy primitivas que actúan primero que la mente, no son racionales, y se apoderan, sin preguntar, de nuestro cuerpo.
Si estamos de acuerdo que las emociones fueron muy importantes en nuestra evolución, ¿seguirán siendo importantes en la vida moderna?
Si estamos en un semáforo esperando la luz verde y un auto nos choca: rápidamente aparece nuestra rabia, nos bajamos brusca y enérgicamente, si tenemos “suerte” nuestra razón aparece detrás de la emoción y nos controlamos, analizamos la situación, convenimos, actuamos racionalmente… ¿dónde queda esa energía que de repente nos invadió?
Según varios autores hay emociones básicas: miedo, rabia, pena y alegría. En una rápida pasada pareciera que las tres primeras son negativas, no? Sin embargo todas son muy importantes, las cuatro pueden ser buenas o malas según las usemos. Si tenemos miedo quiere decir que nuestra vida está en riesgo o parece en riesgo, podemos dejar que el miedo nos coma y nos haga daño o podemos usarlo para planificar, para pensar como enfrentar esa causa que nos provoca miedo. La rabia debe ser la emoción más frecuente en la ciudad, todos parecen rabiosos en la calle. Una rabia pueden destruirnos, provocarnos una úlcera estomacal, o bien podemos usarla en nuestro favor, hacer cosas usando esa energía para revertir aquello que nos da rabia, para que no vuelva a ocurrir. La pena nos puede deprimir, volvernos menos de lo que somos, si guardamos una pena puede invadir nuestro corazón, todo cambia cuando acarreamos una pena, se acaba la energía, la voluntad. Pero el tener una pena también en una oportunidad de reflexión, es una oportunidad de aprendizaje, el sacar afuera una pena es liberador, permite desarrolloyar los afectos, mejorar la comprensión. La alegría es la emoción más buscada, la alegría es contagiosa y energiza mucho, que rico estar con una persona alegre! Pero también puede ser un problema, si nos quedamos sólo en la alegría, no hacemos nada, nos quedamos sin contenido, sin capacidad de aprender, de trabajar. Pareciera ser la lo ideal es tener emociones, pero más bien conducirlas. Será por eso que las emociones tienen una relación muy especial con el agua.

viernes, 5 de junio de 2009

Las Emociones

Preguntas:
¿Son buenas o son malas las emociones?
¿Es siempre malo tener rabia o tristeza?
¿Es siempre bueno sentir alegría?
¿Qué son realmente las emociones?
¿En que parte de nuestro Ser se alojan?