viernes, 4 de diciembre de 2009

La enfermedad y su dueño IV y final

En casa tenemos muchos, pero muchos animales. Sin embargo, los que más conviven con nosotros, por estar dentro de la casa, son los gatos. Siempre me ha llamado la atención de que cuando uno de los niños está enfermo o está llorando los gatos se le acercan ronroneando, se pegan a ellos. Una de las gatas, Moly, me dejó muy sorprendido una vez. Los gatos no suelen dormir en nuestra cama, sin embargo un día amanecí con una tortícolis terrible, una de esas que me da una vez al año por unos 3 a 4 días. Los primeros días es muy intenso y doloroso. Esa noche no podía quedarme dormido del dolor, estaba sólo en la pieza y no encontraba la posición para conciliar el sueño. De pronto apareció Moly, una gata persa muy peluda. Se acercó ronroneando fuerte y se acostó sobre mi cuello en el mismo lado donde me dolía. Podía sentir su ronroneo en todo mi cuerpo, su vibración me quitó el dolor y pude finalmente dormir. Puede ser coincidencia, claro, pero su conducta fue notoria.

No es raro que el ronroneo del gato tenga efectos beneficiosos para la salud, de hecho el ronroneo tiene una frecuencia de 20 a 50 Hertz, es, de algún modo, como tener una sesión de kinesiterapia con ultrasonido, algo que estaría indicado en el caso de mi tortícolis. Se ha demostrado efectos beneficiosos del ronroneo del gato en el caso de reparación de fracturas y tendones. Pero, ¿Cómo se habrá dado cuenta Moly de mi malestar de cuello?.

Gregory Tranah y su colaboradores en publicaron una investigación con un Nº de más de 1500 personas (y más de 2000 como control), en la que demostraron que aquellas personas que tenían contacto con animales, tenían un riesgo menor de contraer un tipo de cáncer conocido como Linfoma de células largas de non-Hodgkin's. Para el caso de aquellos que tenía perros y gatos la disminución del riesgo fue muy alta con un promedio de 29%, muy abrumador para un estudio científico como este. Para explicar esta situación Tranah y su equipo proponen que la exposición a alergenos de los animales podría, de alguna forma, evitar la formación de este tipo de cáncer, pero no se atreven a esclarecer cómo (Cancer Epidemiol Biomarkers Prev 2008;17(9):2382–7).

EL profesor Adnan Qureshi de la Universidad de Minnesota estudió 4500 casos de adultos y demostró que aquellas personas que tienen gatos tienen un 40% menos de riesgo de tener fallas cardíacas fatales. Él atribuyó estos resultados a que las personas que tiene gatos podrían tener menos estrés que aquellas que no lo tienen.

Es posible que las hipótesis de los investigadores sean ciertas, pero también es muy posible, en base a lo que he relatado, que no entendamos cabalmente la relación mascota / dueño. Es posible que nuestros animales sean también una medicina para nuestras vidas, que participen en nuestros procesos de sanación, que tengamos un vínculo aún no entendido con ellos.... en fin es sólo una elucubración.... pero hasta que no se pruebe lo contrario elijo esta interpretación: Los animales se conectan y vinculan con nosotros en diversos planos, incluyendo planos energéticos sutiles, aportan en nuestras vidas tanto o más de lo que nosotros aportamos en las de ellos e influyen positivamente en nuestra sanación, a tal punto que a veces se dan casos tan estrechos y complejos que me es dificil distinguir cual es la enfermedad y quien es su dueño.

lunes, 30 de noviembre de 2009

La enfermedad y su dueño III

Carolina es una mujer de unos 50 años que conozco hace más de una década, además de trabajar juntos tenemos una bonita amistad. Con Carolina hemos vivido moméntos únicos y mágicos, así como peleas absurdas. Una amistad bonita la que hemos cultivado.

Carolina es la típica mujer emprendedora, ejecutiva, proactiva que sabe como dirigir a la gente. Le gusta llevar el pandero. Al mismo tiempo es una niña indefensa. El caso es que Carolina estaba en medio del huracán, sin pareja y viviendo un tormento en el trabajo. Su nivel de toleracia era muy bajo, se peleaba con todos y parecía estar enojada a cada rato…. Hasta que conoció a lobo, un Labrador Retriever de unos 7 años. Fue amor a primera vista. Grande y cabezón, bueno y alegre. Lobo tenía la facultad de cambiarle el estado de ánimo a Carolina en un segundo. Era un perro digno de una comunidad ecológica, se llevaba bien con todos y demostraba su personalidad como se fuera siempre en centro de la conversación.

A Carolina la fue conquistando de a poco. Ella vivía en departamento, en el cual obviamente estaban las mascotas prohibidas, más aún si se trataba de un perrote como este. Al principio accedió la petición de un amigo de cuidarlo unos días, luego se lo llevaría al campo, pero Lobo comenzó a vivir la vida con Carolina como si hubieran nacido juntos. Sabía cuando subir y bajar del auto, cuando esperar, cuando tenía que alimentarse, esperaba los paseos para orinar y defecar, en fin, era todo un caballero. Al principio Carolina estableció límites, sólo podía andar en la logia y cocina. Al poco tiempo, para que tuviera más espacio, lo llevaba a la oficina, había un gran parque contiguo que serviría como paseo. A los pocos días ya estaba dentro de la oficina, dormía largas reuniones y sabía el momento exacto cuando tocaba paseo. Sólo pasaron semanas para que Lobo se apropiara del departamento, auto y oficina, hiciera amistades con secretarias, choferes, auxiliares y cuanto cristiano tuviese que convencer. De hecho Lobo fue importante en varias negociaciones que se suponía iban a ser tensas, pero que rápidamente se convertían en amables gracias a lobo, que conquistaba hasta el más avaro de los empresarios.

En toda esta trayectoria lobo tenía la facultad de modular las emociones de Carolina, cada vez que se ofuscaba, bastaba que lobo apoyara su cabezota en sus piernas, bastaba que moviera la cola y simplemente que escuchara su ronquido en medio de una reunión para que cambiara de estado de ánimo.

Los paseos eran suaves y mágicos. Carolina volvió a mirar el cielo, a disfrutar del atardecer, de la noche. Disfrutaba ver a Lobo meter el hocico en el barro, restregarse contra el pasto, correr como un loco. Hubo mucha sanación en el proceso de Carolina. Sin embargo había algo que llamaba la atención, no subía de peso. Los veterinarios no hallaban el diagnóstico y Lobo comenzó a consumir medicamentos y comidas especiales. Carolina, quien ya había entregado casi todo su departamento y la oficina a este perro comenzó ahora a cocinar para él. Pero había una regla que ella no rompería, el perro debe estar fuera de la pieza.

Lobo seguía adelgazando y ahora comenzaba a toser en las noches. Carolina lo escuchaba desde su pieza y lo volvió a llevar al veterinario. El diagnóstico fue duro, un par de radiografías demostraron cáncer mediastinal, en palabras sencillas una gran masa tumoral en el tórax que comprimía las vías aéreas y el corazón. Todo mal. Una enfermedad grave para la cual no había tratamiento. Desde ese momento Carolina decidió regalonear y disfrutar al máximo su relación con Lobo, fueron juntos de paseo, al trabajo y hasta empezaron a dormir juntos en la pieza. A pesar de su grave enfermedad Lobo siempre se veía feliz y corría como si nada tuviera. Vivió varios meses con esa felicidad entre los dientes, moviendo la cola cada vez que escuchaba su nombre hasta que su enfermedad lo consumió por completo y Carolina decidió ponerlo a dormir, para lo cual me pidió ayuda. La partida de lobo fue un proceso suave y hasta mágico, Carolina se despidió de él con mucha paz y me reconoció todo el bien que lobo le había hecho. No tengo duda alguna de que Carolina recibió mucha sanación de lobo, de alguna manera la rescató de vuelta a la vida.

La historia de la Sra. Sofía y Cleo, de Carolina y Lobo son extraordinarias y al mismo tiempo comunes. He visto mascotas que tienen los mismos signos que sus dueños, Don Carlos quien tenía hipertensión y su hurón con lo mismo, ambos muy unidos. Patricia y su cobayo, ambos con el tránsito lento. Una curiosa historia de Marcela y un gato que llegó a su casa, ambos se enfermaban al mismo tiempo. No siempre son las mismas enfermedades pero ocurren muchas veces cuadros sin etiología lógica que me parecen están conectados con alteraciones en sus dueños, en fin tengo este presentimiento de que las mascotas de alguna manera somatizan patologías de sus dueños y de que ellos participan en su proceso de sanación, haciendo difícil discriminar quien es el dueño de la enfermedad. Todo esto me hace cuestionarme sobre la posibilidad de que las mascotas puedan sanar a sus dueños.

jueves, 29 de octubre de 2009

La enfermedad y su dueño II

En muchos casos de mascotas que me ha tocado atender me cuesta diferenciar de quien es la enfermedad. Veo a dueños enfermos, tristes, en dolor, ansiosos o deprimidos, con mascotas que se ven felices pero que manifiestan alguna enfermedad. Todos estos casos tienen un común denominador: un estrecho vínculo entre el dueño y su mascota. Al principio se me pasaba por la cabeza la idea de que los dueños, de alguna manera, enfermaban a sus mascotas, pero ahora no estoy tan seguro de que funcione de esa manera. Creo más bien que sus mascotas participan en el proceso de sanación de sus dueños, eso, al menos, es lo que he observado. Se me ocurre que las mascotas somatizan parte de la enfermedad de sus dueños, ayudándolos en su proceso de sanación. Sé que esto no es muy científico que digamos, es más bien una intuición. Sin embargo, la pregunta sigue golpeando mi cráneo: ¿Será posible que la enfermedad de una persona sea de alguna manera transmutada a su mascota?

La Sra. Sofía es una cliente de aquellas. Ha tenido a la Cleo por más de 40 años. La Cleo fue testigo de la separación con su marido, de nacimiento de los hijos y de la partida de los mismos. No puedo diagnosticar a la Sra. Sofía, pero claramente su ansiedad, su extrema aprehensión con su mascota y la angustia por que algo le fuera a pasar, podían claramente radicarse en su relación familiar. La Sra. Sofía llegaba en taxi, media a una hora antes de la consulta, partía tratando mal a la secretaria y se sentaba enojada en la sala de espera como quien se sienta en la iglesia para rezar el rosario, sin hablar con nadie y usualmente vestida de negro. La conocí cuando Cleo presentó una extraña lesión durante la hibernación, su pata quedó enredada en un hilo de la alfombra y se le estranguló. Cleo desarrolló una isquemia (falta de sangre en la pata) y luego una necrosis además de una fractura completa de radio y cúbito (que nadie supo nunca como se produjo). Ya había sido tratada por un par de colegas que sospecho se dieron por vencidos…. no con el caso sino con la dueña. Tuve que operarla un par de veces y por falta de tejido la herida tuvo que cerrar por segunda intención, lo que en la práctica significaba que veía a la Sra. Sofía día por medio. Cleo quedó con una pata parcialmente amputada, pero hasta el día de hoy hace una vida normal…. Normal para ser esta tortuga, ya que es muy distinta a la de cualquier otra tortuga en el mundo. En cada consulta fui conociendo a la Sra. Sofía y su tortuga, ella me contaba las penurias de su vida, incluyendo sus caídas (en una de esas también se fracturó), cáncer, depresión y su relación con los hijos. Se notaba que tenía una gran necesidad de sacar afuera muchos nudos. La Cleo en cambio era un amor, una tortuga muy grande y fuerte que permitía que le hiciera de todo, le abría la boca, alimentaba con sonda, le administraba antibióticos, hacía curaciones diversas y ella accedía a todo. La herida demoró casi cuatro meses en cicatrizar, demasiado largo para la casuística promedio, fueron necesarias varias curaciones y parches hidrocoloidales además de antibióticos sistémicos. Tratamiento largo, pero hasta ahí nada se salía mucho de lo común, sin embargo si me parecía llamativa la relación que tenían ambas tenían. Es muy frecuente que un perro o un gato generen un vínculo estrecho con su dueño, pero no lo es tanto cuanto se trata de un reptil, que en general sólo quiere que lo dejen tranquilo. Dormían juntas en la cama (lo más antinatural para una tortuga), ella la abrazaba y la tortuga sacaba su cabeza (otra anormalidad), y vivían toda una rutina de baños, salidas al jardín, momentos de comer (sólo lo que a Cleo le gustaba), orinar, defecar, etc. Jamás he vuelto a ver otra tortuga que orine y defeque en el mismo lugar como si fuera un gato. Toda esta relación era particularmente especial.

Cleo sufrió después de muchas enfermedades (y las seguirá sufriendo) desde neumonía hasta retención de huevos, todas en extrañas condiciones y relacionadas con distintos “eventos” de salud de su dueña. No podría decir la la dueña inconcientemente la enfermaba, ya que a parte de quererla mucho, seguía paso a paso la indicaciones que le daba. En una de las crisis, la famosa tortuga dejó de comer por un mes. Luego de infructuosos intentos por que comiera por sus propios medios y habiendo perdido el 25% de su peso, le propuse a la Sra. Cristina que me la trajera a mi casa para darle medicaciones con mayor frecuencia. Esta situación tan especial en que me traigo un paciente a mi casa es sólo comprensible por la relación de confianza que los tres teníamos. Yo encontraba a Cleo muy bonita, y tenía la convicción de que se la seguía de cerca saldría adelante. Para la Sra. Sofía, en cambio, desprenderse de Cleo era un tormento, pero era la única posibilidad de que no se muriera.

En casa le dí unos días de descanso a Cleo, sólo pasto y sol. Pronto, sin mediar medicamento alguno, Cleo comenzó a comer y a sentirse mejor, se dio largos baños en el barro, metió la cabeza en la hierba y daba largos paseos de tres patas. El sólo contacto con la tierra mejoró a Cleo. ¿Hasta que punto las enfermedades eran de la tortuga y hasta que punto de la dueña? Sólo puedo decir que tienen un vínculo extraordinario y que estoy convencido que la vida de la Sra. Sofía se ha enriquecido con la vida de Cleo y viceversa…. No dejo de tener la sensación de que la salud de ambas está conectada.

viernes, 23 de octubre de 2009

La enfermedad y su dueño

Para variar venía atrasado, no importa lo que haga, siempre me falta tiempo para hacer todo… no es que me justifique, pero trabajo más de 12 hrs. diarias (usualmente 14) y tengo múltiples funciones. En fin, el caso es que entré tarde a la consulta y sabía que habría un cliente y su mascota esperando. Sentí alivio, era Gastón y su tortuga rusa, excelente cliente, muy preocupado de su mascota, al principio pensaba que Gastón era autista, cada vez que le decía algo se quedaba como pensando…. Parecía que en su frente había una barra que decía “loading”, pero al poco tiempo me dí cuenta que no tenía un pelo de tonto, tenía mucho instinto y empatía con su tortuga, aunque sus respuestas eran siempre lentas. Establecimos una relación de confianza que me ayudaba en este caso: perdonar mi media hora de retraso. Al frente de Gastón y su tortuga había una mujer que me miraba con cara de “yo te conozco” que esperaba con un perro blanco… supuse que la conocía así que la saludé:
- “Hola”
- Ella respondió al toque - “Dr. Fabry…. es un gusto y un honor conocerlo”- dijo para mi sorpresa
- “Ahh… gracias y Usted es….”
- “No, Usted no me conoce pero yo sí, soy un amante de los animales, vivo cerca del Zoológico y admiro lo que Usted ha hecho”

Siempre es bueno recibir un halago, pero más aún si es por el Zoológico, tan vapuleado por tantos, es reconfortante que haya gente que valore el esfuerzo y valentía con que hemos trabajado. En los escasos segundos que cruzamos estas palabras, inconcientemente ya había escaneado a este personaje, usaba ropa suelta, se veía pálida y levemente ojerosa… deprimida.
- “y su perrito que tiene?” – Le dije para devolverle la gentileza. Pregunta bien idiota cuando a un perro le cuelga un tumor del tamaño de un melón en una de sus piernas.
- “Enfermedad de mierda” - Me dijo- “Mató a mi madre, a mi hermana, a mi gato y ahora el maldito cáncer está matando a mi perro…. No será mucho doctor?, ya no se que hacer… enfermedad de mierda”- repitió mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.
- “Bueno, una cosa importante es aceptar la enfermedad “– le dije en mi desconcierto, tratando de alguna manera consolar su dolor – “tu perro está enfermo y veo que aún no lo has aceptado”- Ella se quedó pensando mientras el perro olfateaba sabrosos olores de mi pantalón (nada mas excitante que los pantalones de un veterinario de zoológico para un perro o gato). El perro tenía una personalidad exquisita, también lo había escaneado, típico perro inteligente y hippie que se lleva bien con todos. Lo curioso es que el perro parecía ser el sano y su dueña tenía el aspecto de estar enferma.

Mientras hacia pasar a Gastón y su tortuga con neumonía seguía pensando en el personaje con el cual acababa de intercambiar palabras…. Que posibilidades hay de que dos personas y dos mascotas puedan tener cáncer alrededor de un solo individuo?…. Madre y hermana podría deberse a una predisposición genética, pero además su gato y perro me parece de una probabilidad muy baja…

Fue ahí cuando terminé de incubar una idea que venia masticando hace rato, una intuición que rondaba mi cabeza: hay una relación muy estrecha entre la salud psíquica de los dueños y la salud física de sus mascotas. Ahora lo veo casi con certeza, cuando dueños y mascotas establecen un vínculo estrecho, éstos últimos reciben de ellos algún tipo de estímulo que desencadena cuadros diversos que lo alejan de su salud. No estoy hablando de causa / efecto (ej: si no le doy comida, baja de peso, o si le lastimo el pié, cojea), me refiero a un mecanismo complejo de sanación/enfermedad entre dueños y mascotas…. Será esto posible?

jueves, 22 de octubre de 2009

Estudio de Científicos Holandeses

En la revista Británica Journal of Epidemiology Community Health, Maas y sus colaboradores llegan a una conclusión intuible, pero no menos impresionante. Luego de analizar más de 345 mil casos clínicos de personas que viven en la ciudad, 15 de 24 grupos de enfermedades fueron estadísticamente menos frecuentes en aquellas personas que tienen un parque a menos de un kilómetro de radio desde su casa, en comparación con aquellas que no tienen un parque cercano. Estas patologías involucran muchas enfermedades consideradas físicas, sin embargo la diferencia en mucho mayor para los cuadros ansiosos y depresivos. Las diferencias son también mayores en niños que adultos, dicho de otro modo los niños se enferman más intensamente si carencen de un Parque cercano. El tamaño del parque también se relaciona con la frecuencia de las enfermedades. Mientras más grande el parque menores enfermedades se presentan en las personas. Eso es Naturaleza en el Hombre.

J Epidemiol Community Health. Published Online First: 15 October 2009.

martes, 6 de octubre de 2009

lunes, 21 de septiembre de 2009

Avión

Cada vez que tomo un avión emerge desde lo profundo una sensación de angustia. En parte es por dejar la familia, eso siempre me preocupa, dejarlos de ver aunque sea unos días me pone un poco triste, pero hay más que eso. Está también la incertidumbre e incomprensión del cómo un pedazo de metal de 18 toneladas puede sostenerse en al aire… todavía no lo entiendo y prefiero no hacerlo, en todo caso cuando se estrellan estas cosas no suelen quedar cristianos vivos… pero hay más que eso, hay algo más que me incomoda. Esta es la verdad: desde el aire puedes ver el verdadero impacto del hombre sobre la superficie de la tierra, es fácil darse cuente de cómo hemos modificado las planicies, como hemos hechos carreteras como si fuera un plato de spaghetti. Se puede ver literalmente nuestra Huella Ecológica Humana.
En esta ocasión me tocó ir a Europa, un viaje largo que comienza al atravesar la cordillera, majestuosa y sagrada como siempre, ahí no habían luces ni rastros de uso humano, pero eso duró sólo unos minutos, luego aparecieron las ciudades allende Los Andes, los caminos, los cultivos, los puertos. Se oscureció y comenzaron a aparecer las luces: emergen como puntos infinitos amarillos, a veces como luciérnagas, a veces como vértebras de una serpiente otras como un enjambre de abejas ¿Cuántos recursos naturales costará mantener la tierra en “on”?. Dejamos el continente americano para internarnos en el Atlántico, que alegría, al fin el mar abierto con su inmensidad y omnipresencia…. Pero al rato comenzaron a aparecer cientos, miles de nuevas luces en medio del océano… con incertidumbre me costó un rato darme cuenta de lo que era…. Ovnis en medio del Atlántico?... No, barcos factoría que extraen peces, calamares y todo lo que esté a su alcance… eran muchos, de verdad increíble.

El impacto que hemos y estamos provocando tiene proporciones históricas…. No hay que ser muy pillo para darse cuenta de lo que está pasando y de lo que va a pasar. Me cargan los pronósticos cataclísmicos, pero es difícil hacerle frente a tanta evidencia y a tanta ignorancia de los congéneres. No es que crea que el mundo se va a acabar, menos la vida, la vida siempre seguirá su ciclo sagrado en la tierra, puede que desaparezcan miles de especies, pero la vida continuará. Tampoco creo en el fin de la especie humana, más bien creo en la evolución de la misma y en su re-conexión con la tierra (aunque en mucho menor número). En lo que sí creo es que este modo de vida es como un hombre caminando derecho al abismo… cantando y sonriendo como si nada estuviese pasando, preocupado más de la ropa y de tener la mochila llena, en vez de preocuparse por su paso y su camino. Ya me imagino a las nuevas civilizaciones estudiando las ciudades como entierros arqueológicos… o le estaré poniendo mucho?

domingo, 30 de agosto de 2009

Un día de Juanito

Juanito se despierta, obviamente con el despertador digital, ya ha sonado tres veces, ésta es la vencida, se acabó la noche…. otra noche sin sueños. Avanza cincos pasos y da el agua de la ducha, sus pies tocan las baldosas frías del baño, mientras lentamente el agua comienza a llamar al vapor… Juanito sigue como dormido mientras decenas de personas comienzan de forma similar el día en el edificio. La ducha es breve. Se afeita como siempre. Se peina como siempre. Coloca desodorante en sus axilas (una mezcla extraña de media docena de químicos). Se aplica perfume francés en el pecho… el no lo sabe pero ningún componente del perfume conoció Francia. La vestimenta de hoy no difiere mucho del día anterior: zapatos negros, un terno de acrílico, camisa blanca y corbata roja, único cambio del día. Llega a la cocina, su pareja lo espera con lo que será su primera comida del día. También es rápido, toma un café sin cafeína y unas tostadas con lo que quedaba en el refri… da lo mismo lo que sea. Un beso y a afuera, pone los pies en la tierra, excepto que no es la tierra, sino una carpeta artificial que llamamos concreto. Camina dos cuadras y se mete bajo la tierra, pero no se ve la tierra, sino un compartimento de azulejos y más concreto en donde espera al tren de plástico y acero. Emerge nuevamente de la tierra para caminar en otra calle, ésta vez inundada de gente que se mueve como si fuera un fluido, todos a paso rápido, mirando el piso, algunos conversando, otros voceando algo que venden. Para llegar a su lugar de trabajo cruza un portal en otro edificio y se sube a un cubículo de metal con botones de plástico, sube 20 pisos pero no ve el cielo y llega a su puesto de trabajo. Las siguientes 9 horas son gastadas en frente de una pantalla plana y un procesador. Toma contacto con otros congéneres vía email y chat, aunque ésto último está prohibido en la empresa. Come algunos alimentos y otros que no lo son. Toma una bebida negra que está gasificada, ya que sin gas es intomable. El regreso es el mismo camino que el de ida. Llega a casa, se saca los zapatos, se acuesta en la cama y enciende un aparato que le entrega emociones de mentira y que le dice lo que debe desear. Su pareja llega a la cama con más alimentos y otros que no lo son, y más bebida negra. Así se la pasa mirando la caja de emociones hasta que el cansancio vence a su mente que ha estado divagando por varias cosas que aún no tiene. Se queda dormido, aunque el aparato sigue transmitiendo por un rato, ya que el aparato es el último en dormirse en el hogar.

domingo, 2 de agosto de 2009

El pueblito Indígena II parte


No sé por qué una hora para los locales siempre es más de una hora de reloj, en especial cuando estás subiendo un cerro, en este caso se suponía que eran tres horas para llegar a Pueblito, pero ya empezaba a dudarlo. Comenzamos a ganar altura y a veces la selva se abría para permitir contemplar la costa, un cuadro sobrecogedor. Tenía la impresión de que miles de ojos nos estaban viendo, cientos de animales, que muchas veces alcanzaba a escuchar pero no a observar. Ya era media mañana y al concierto de la yunga se sumaron las chicharras, nunca he podido dimensionar como un insecto tan pequeño es capaz de hacer un ruido tan fuerte… será que guarda todo su energía mientras duerme bajo la tierra (hasta un año). No había nadie, era lo mejor. A veces bajábamos quebradas, se hacía más húmedo, aparecían las ranitas y arañas gigantes a los pies de los abuelos árboles. Presentí que estábamos llegando al objetivo, era como una meseta en el bosque, la vegetación se abría. De pronto se apareció un camino lateral de piedras que conducía a unas cuevas, más adelante hicieron su entrada unas grandes rocas y luego como un portal. Al atravesarlo cambió la energía, el sol entraba suave y tranquilo al Pueblito Indígena, se sentía el olor a semillas tostadas, apareció un humo en medio de los árboles…. Habíamos llegado!!!. Los Koguis habían construido este lugar hace miles de años, eran terrazas circulares hechas de piedra, muy simétricas, quedaban, orgullosas, dos chozas indígenas habitadas. Un río de aguas cristalinas, muy calmo, cerraba las espaldas de la aldea, caminos de piedra y pequeñas terrazas como altares se distribuían en forma muy estética en la aldea… aquel lugar sólo podría definirlo con esta palabra: Sagrado. En una de las chozas había una niña Kogui ofreciendo artesanías, traté de establecer contacto con ella, de conversar, pero no había caso, no querían…. ¿Por qué no quieren? Pensaba… en ese momento aparecieron unos gritos: tres adolescentes que venía tras nosotros por el sendero hacían su llegada a Pueblito: eran ruidosos, estaban vestidos como para fiesta reggetonera, a cada rato soltaban carcajadas y gritaban al estilo Tarzán. Esa visión me permitió verme como los nativos probablemente ven al hombre blanco, al hombre moderno: ruidoso, irrespetuoso, engreído. Muchos, muchos, muchos hombres blancos pasaron antes de nosotros, sin pedir permiso cometimos sacrilegio en sus lugares sagrados, los matamos, los usamos como esclavos, les sacamos sus costumbres para imponerle otras, los despojamos de sus creencias y de su tierra…. Y ahora yo quería “hablar”, “establecer contacto” con ellos, ésta historia ya se la saben de memoria… por eso ya no hay más chozas en Pueblito, por eso dejó de ser un pueblito, más que dos familias para cuidar ese lugar sagrado. Pensaba esto mientras contemplaba con desprecio los adolescentes en este panorama…. Por suerte no duraron mucho y se fueron. La energía volvió a tomar su lugar, el sol abrazaba generosamente a Pueblito, los olores eran deliciosos, las mariposas volaban confiadas, era muy agradable estar en ese lugar.

Averigüé varias cosas muy interesantes de la cultura Kogui, en especial de su relación con la Tierra, de la Madre Naturaleza como ellos dicen. Viven preocupados del equilibrio y armonía con ella. Afirman que la mayoría de los seres humanos no hemos considerado el respeto que debemos tenerle y ello le ocasiona desequilibrios y enfermedades. Una de las cosas que más me sorprendió, y a la vez me gustó, es que ellos nos llaman los “hermanitos menores”, ya que ignoramos la grandiosidad de la Madre, y nos comportamos como niños sin conciencia, violentando a la Madre sin saberlo.

Tuvimos que subir la montaña para llegar a Pueblito, igual como se sube la montaña para llegar a Ciudad Escondida o Machu Pichu… claro, las ciudades sagradas tienen que estar siempre más cerca de cielo… que Dios te bendiga y te proteja pueblito Kogui.

domingo, 12 de julio de 2009

El pueblito Indígena I parte

Llegar a la playa del Cabo era como vivir en una película, la versión criolla de “La playa”, excepto que en vez de Leonardo Di Carpio y una linda Francesa estábamos sólo nosotros: mi señora, unos amigos y yo. En vez de turistas Anglos había una gran diversidad de mochileros Latinos y Europeos. La verdad era raro que después de tomar una buseta por una hora, pagar entrada en un parque nacional, contratar otra buseta de acercamiento a la playa, caminar 45 minutos hasta Arrecifes y otra hora por la costa atravesando playas paradisíacas hubiese tanta gente (como una centena). Era raro pero la razón estaba clara: una de las playas más hermosas del Caribe. Todos eran jóvenes, dormían en carpa o en hamaca. La playa era verdaderamente hermosa, arenas blancas, mar tibio y transparente, palmeras de diverso tipo, de esas que se curvan hacia el mar, a continuación cerros de bosque tropical, todo digno de una escena de Lost. Menciono películas porque era como esta viviendo una. Pasamos lo que nos quedaba de día en la playa de nuestros sueños. Agarré las güaletas y el snorkel y me aventuré por los bordes rocosos. Todo un espectáculo de colores: corales cuerno de alce y fuego (cuyo nombre aprendí luego de ensartarme un par de ellos en las piernas, y sentir el dolor por media hora). Los arrecifes le daban un extraño y hermoso fondo a miles de peces de colores irreales, formas caprichosas, mantarrayas, peces globo, peces cebra, flauta, mojarras y cientos que nunca aprendería su nombre… en espectáculo sobrecogedor, los peces se paseaban confiados, preocupados sólo de alimentarse en las rocas y corales. Algunos incluso se acercaban a curiosear el extraño y torpe animal que era yo en el agua. Todo mágico. Mis vacaciones ya están pagadas… y de sobra.

En la orilla, en cambio, el paisaje era confuso. Había una especie de refugio/restaurant, que te permitía comer arroz o fideos con diversos agregados, la mayoría del mar, de las peores cocinas que he visto. Las duchas no eran más que un lugar comunitario donde corría el agua de una vertiente por un tubo de PVC. No podría decir que había baños, tres hoyos negros era el único lujo que había. Pero la configuración que tenía era de una pequeña ciudad: ruido, basura, desenfreno, música, etc. Una pequeña ciudad en medio del paraíso. Los locales (colombianos que atendían el lugar) había construido una cancha de baby futbol sobre un pastizal, daban pelotazos y patadas mientras muchos “turistas” miraban el espectáculo. Todo esto tenía un enorme contraste con la selva aledaña y su rugir de sus bichos. Raro y hermoso, como de película… nuevamente.

Estábamos tan embobados con lo que ocurría que llegó la tarde, estamos a al menos tres horas de algún vehículo que nos llevara de vuelta al hotel y cansados. Con la emoción que sentíamos decidimos quedarnos a dormir, arrendamos 4 hamacas. No habíamos llevado ropa de cambio, ni provisiones, a penas algo de dinero, nada más. Se hizo la noche en nos acomodamos en las improvisadas hamacas. Debo decir que de inmediato me sentí cómodo, mi traje de baño estaba húmedo, la polera seca, pero la noche en el caribe es tibia y húmeda de todos modos, así que no importaba demasiado. Logré rápidamente conciliar el sueño dentro de este otro sueño que estábamos viviendo. No pasaba lo mismo con mis compañeros de aventura. En algún momento de la noche uno de los mulatos que atendía el refugio/restauran sacó un guitarra y los locales armaron una fiesta…. Si algo tiene la gente del caribe es que sí sabe armar una fiesta de la nada, comenzó el ruido y el alboroto. Yo intentaba volver al sueño pero despertaba a ratos. En ese abrir y cerrar de ojos vi que mis compañeros comenzaban a desaparecer, primero una amiga, luego su marido, se levantaban murmurando garabatos y desaparecían. Mi compañera, en la hamaca del lado y yo hacíamos esfuerzo por ignorar el rumbeo del lado. Puede reconocer que al menos tenían buena voz para cantar. Ni hablar del baile, todos parecen profesionales a mis ojos. Muy tarde cuando la fiesta estaba terminando me levanté para ver si estaba todo bien. Mis amigos estaban en la playa tapados con las hamacas, parecían estar descansando (aunque esa palabra al parecer no aplicó para ellos). Mi esposa dormía profundo. Bajo ella una enorme rana Bufo marinus, se paseaba como dueña del lugar, traté de atraparla para observarla de cerca pero no me dejó. En todo caso sus glándulas parotídeas me generaban bastante respeto. Volví a la hamaca y al sueño con rapidez. En la madrugada se levantó un viento, un monzón que movía las palmeras e incluso las hamacas, me dio frío, agarré la toalla y traté de taparme. No despuntaba el sol y llegaron mis amigos, la noche en la playa no había sido una gran idea. Estaban ofuscados querían volver, mi compañera y yo nos sentíamos bien y la selva nos llamaba como un imán a un metal. Los convencimos de caminar por el bosque hasta el “pueblito”, un asentamiento indígena del cual nos habían hablado, “son las 5:30 Am, la mejor hora para ver fauna”. Con esa frase los convencimos, dejamos la mini-ciudad de mochileros y nos aventuramos por el sendero. A los poco minutos comenzamos a ver nuestro premio: aparecieron las mariposas, aves, monos tití, capuchinos, aulladores, tucanes, agutíes, pecaries, a cada rato parábamos a observar la hermosa fauna del bosque tropical. En el suelo se cruzaban siempre ocupadas las hormigas cortadoras de hojas, las trabajólicas del bosque, siempre apuradas llevando hojas de un tamaño hasta 10 veces el de su cuerpo, termiteros y ranas flechas le ponía color al suelo, de las más hermosas y venenosas del mundo, estábamos extasiados con la belleza del bosque y sus habitantes, habían quedado muy lejos los seres humanos y su ruido, habían sido reemplazados por el trinar de lo pájaros, el concierto de las chicharras, el movimiento de los animales en la hojarasca y el viento en los árboles. ¿Dónde se ubicará este pueblito indígena?, acá hay de todo para vivir, mucho frutos, animales, agua, mar…. Este era el mejor lugar para la vida… para qué tienen que ir más lejos? Eso pensaba cuando el camino comienza a hacerse cuesta arriba, se puso más difícil y cansador, igualmente interesante, era muy temprano teníamos mucho tiempo. En los primeros 500 metros de subida, una amiga se votó a huelga, no quería subir más, ya tenía demasiado y prefería disfrutar de la playa. Su marido la acompañó…. en realidad no le quedó alternativa. Quedamos sólo los dos: mi compañera y yo. Toda la selva y un objetivo por delante.

Teníamos miedo de desilusionarnos del lugar pero el recorrido valía mucho la pena, queríamos ver más de la abundancia de esa parte de la madre tierra, en especial sus carismáticos animales.

lunes, 15 de junio de 2009

Las Emociones y el Agua

A fuera llueve y algo pasa conmigo. Estoy contento de que caiga agua a la tierra, muy contento, estaba demasiado seco. De pasada se limpia el aire de Santiago aunque sea por algunas horas. Pero algo más pasa, la lluvia me trae una tranquilidad que añoraba, un relajo en el cuerpo y tranquilidad en la mente... toda una ceremonia.

Está lloviendo… y se me ocurre que somos como lagunas. Si, somos lagunas de las emociones. En la vida nos llega un río de emociones, a veces torrentoso, a veces calmo y constante. El agua del río, el afluente, llega a nuestras lagunas y nos recorre proporcionándonos agua fresca y vida. Pero si no evacuamos esa agua, se estanca, se pone oscura y de mal olor, si no le damos salida al agua, además de podrirse, en algún momento va a rebalsar, no seremos capaces de contenerla y provocaremos inundación a nuestro alrededor. Es por eso que tenemos que tener otro río que salga de nuestro lago, que permita equilibrar las aguas, que permita evacuar lo sobrante y dejar más espacio para siga llegando agua nueva y fresca.

Apostaría que si en nuestra vida no nos llega mucha agua (emociones) vamos a tender a deprimirnos, nos secamos. Si en cambio si no tenemos un buen efluente, un río que evacue nuestras aguas, apuesto a que nuestras vidas estarán llenas de ansiedad… ansiedad de evacuar esas aguas que se encuentran estancadas. En este caso nada se mejora evitando que llegue más agua desde el afluente, solo lograremos no rebalsarnos pero el agua seguirá estancada, y ya sabemos lo que ocurrirá. Mala combinación la de depresión y ansiedad.

La clave entonces es ser buenos lagos con equilibrio de nuestras aguas, dejando que la vida corra por nosotros.

Hay una extraña relación entre las emociones y el agua.... no sé por qué, pero así es.

Algunos dicen que en los ojos, en nuestra mirada, está la ventana que conduce a nuestro corazón y a nuestra alma. Tal vez será por eso que cuando nos emocionamos de verdad y dejamos fluir esa emoción, brota el agua desde ellos.

domingo, 7 de junio de 2009

Las Emociones II

He pensado harto sobre las emociones, será porque están siempre presentes en mi vida, y creo que en la de la mayoría de las personas. Sin embargo tenemos una cultura que nos guía a taparlas, o mejor aún a no sentirlas. Cuando decimos que una persona es muy emocional le colocamos una etiqueta negativa. Es más, creo que no he llorado (signo típico de emoción) en meses, tal vez años, y muchas veces he tenido ganas, pero me contengo. Mis hijos en cambio lloran a diario y se ven llenos de energía. Los adultos modernos no queremos ser emocionales, queremos ser racionales… ¿Será eso correcto?
Tengo la convicción que las emociones son muy importantes en la vida, de hecho son las que nos mantienen con vida….. mejor dicho aún: son las emociones las que permiten que la vida pase a través nuestro.
En el hombre primitivo las emociones nos permitieron sobrevivir, el responder ante una urgencia, el quedarnos escondidos en nuestra guarida ante un peligro o el salir a pelear cuando fuese necesario. Nos dio la energía necesaria para salir de momentos difíciles. Nos permitió cambiar rápidamente nuestro ánimo, nuestro estado de alerta, el tono muscular, la circulación, para responder a esa emergencia o situación crítica. Fueron las emociones las que nos permitieron cazar y salvar a nuestra familia para que siguieran dejando descendencia. Las emociones son respuestas muy primitivas que actúan primero que la mente, no son racionales, y se apoderan, sin preguntar, de nuestro cuerpo.
Si estamos de acuerdo que las emociones fueron muy importantes en nuestra evolución, ¿seguirán siendo importantes en la vida moderna?
Si estamos en un semáforo esperando la luz verde y un auto nos choca: rápidamente aparece nuestra rabia, nos bajamos brusca y enérgicamente, si tenemos “suerte” nuestra razón aparece detrás de la emoción y nos controlamos, analizamos la situación, convenimos, actuamos racionalmente… ¿dónde queda esa energía que de repente nos invadió?
Según varios autores hay emociones básicas: miedo, rabia, pena y alegría. En una rápida pasada pareciera que las tres primeras son negativas, no? Sin embargo todas son muy importantes, las cuatro pueden ser buenas o malas según las usemos. Si tenemos miedo quiere decir que nuestra vida está en riesgo o parece en riesgo, podemos dejar que el miedo nos coma y nos haga daño o podemos usarlo para planificar, para pensar como enfrentar esa causa que nos provoca miedo. La rabia debe ser la emoción más frecuente en la ciudad, todos parecen rabiosos en la calle. Una rabia pueden destruirnos, provocarnos una úlcera estomacal, o bien podemos usarla en nuestro favor, hacer cosas usando esa energía para revertir aquello que nos da rabia, para que no vuelva a ocurrir. La pena nos puede deprimir, volvernos menos de lo que somos, si guardamos una pena puede invadir nuestro corazón, todo cambia cuando acarreamos una pena, se acaba la energía, la voluntad. Pero el tener una pena también en una oportunidad de reflexión, es una oportunidad de aprendizaje, el sacar afuera una pena es liberador, permite desarrolloyar los afectos, mejorar la comprensión. La alegría es la emoción más buscada, la alegría es contagiosa y energiza mucho, que rico estar con una persona alegre! Pero también puede ser un problema, si nos quedamos sólo en la alegría, no hacemos nada, nos quedamos sin contenido, sin capacidad de aprender, de trabajar. Pareciera ser la lo ideal es tener emociones, pero más bien conducirlas. Será por eso que las emociones tienen una relación muy especial con el agua.

viernes, 5 de junio de 2009

Las Emociones

Preguntas:
¿Son buenas o son malas las emociones?
¿Es siempre malo tener rabia o tristeza?
¿Es siempre bueno sentir alegría?
¿Qué son realmente las emociones?
¿En que parte de nuestro Ser se alojan?

lunes, 27 de abril de 2009

La llave y las cadenas

Pienso que la religión es la mentalización de la espiritualidad.


Con esa frase lo digo todo. Es una condradicción..... contradicción propia a nuestro Ser. Esta frase me deja hoy todo muy claro. ¿Qué quiere decir ésto? básicamente que Religión y Espiritualidad son dos cosas distintas y pueden no estar conexas en primer término. En segundo término que una puede conducir a la otra, aún siendo distintas. Seguir una religión es seguir un diseño que a otros ha llevado a un plano espiritual. Un plano espiritual creo que es un nivel de conciencia más elevado que la mente (mayor no por ser más o mejor sino por ser más etéreo).... a veces ésto también puede llevar a una religión con la cual se te facilita el camino.


Las más conocidas religiones son muy muy similares entre sí. El fundamento es el mismo.


Mucha gente que vive en la religión nunca llega a un plano de conexión con el espíritu (o con su espíritu). Por otro lado mucha gente espiritual nunca llega a tener una religión. Nuestro ser siempre intenta denominar, saber, catalogarlo todo, de ahí creo que salen las religiones.


La mayoría de las religiones comienzan con un maestro (Jesús, Buda, Maoma, etc.), una persona iluminada (aquel que ilumina todos sus planos y por lo tanto está en contacto con su espíritu y su cuerpo). Estas personas intentan explicar con distintos métodos y ejercicios a otras personas para que lleguen también a iluminarse. Y son las personas que le siguen lo que hacen de eso una religión. Es decir la religión es la interpretación de las enseñanzas de los maestros, con todas las distorciones que ésto puede tener, en especial con el tiempo y con las diversas personas que las cultivan.


Las religiones contienen enseñanzas muy importantes transferidas desde los maestros, hay mucho conocimiento en ellas por lo que pueden estimular el despertar hacia una vida espiritual en algunos de sus seguidores. Son, entonces, la llave para salir de la prisión del cuerpo y la mente (y emociones en el medio). Pero al mismo tiempo las religiones son también las cadenas que nos impiden ser libres, con sus dogmas, restricciones, interpretaciones, miedo, política y poder... claro porque todo eso es inherente al ser humano.


Me parece importantes reconocernos como Seres Espirituales. Al mismo tiempo creo que las religiones son importantes en su contenido, en sus enseñanzas, en su conocimiento, sin ahogarse en sus dogmas. Es bueno aventurarse por las religiones sin encadenarse a ellas, reconociéndonos como Seres Espirituales.


Al menos por hoy, me declaro monoteista polignóstico/agnóstico.... tendré que crear una religión?.... voy a pensar en buenos dogmas.

sábado, 25 de abril de 2009

Lo que no vemos

Son muchas las cosas que no somos capaces de percibir con alguno de nuestros sentidos, demasiadas. No sé por qué validamos tanto sólo que vemos, si sabemos que es mínimo. De algún modo somos flojos al quedarnos con lo que "sabemos" sin querer explorar el inmenso océano que no vemos. Nos quedamos sin conocer... porque seguimos arraigados con lo que "sabemos". Ésta es una crítica que el mismisimo Humberto Maturana hace a la ciencia. Mencionamos las cosas como si las conociéramos, las denominamos, y al hacerlo perdemos gran parte de la complejidad que tiene, a veces también gran parte de su magia.

Pensemos en lo que vemos. En este momento que veo: veo una pantalla con colores que sale de una caja plástica que tiene más colores que a su vez está sobre una mesa café, que a su vez sostiene otros elementos: un celular, un planta y una caja de fósforos. Conozco todos esos elementos. Estoy en una habitación con una luz encendida que me permite ver donde estoy y lo que tengo alrededor. Al fondo hay un rincón oscuro, no logro ver nada, ya que la ampolleta no logra iluminarlo. Sé que existe ese rincón porque lo veo de día, pero ahora no lo veo. Más allá de eso, de lo que sí creo que veo, en realidad sólo es una pequeña fracción. Claro, lo que veo, por ejemplo la planta al lado del computador, es luz reflejada, es decir la luz de la ampolleta que choca sobre la planta y se refleja en mis ojos. Yo puedo diferenciar su forma y su color, pero sólo una parte mínima, lo que llamamos el espectro visible: longitudes de onda de 400 a 700 nm , nada más. El color rojo (del copihue de la caja de fósforos a mi lado) tiene una longitud de onda de 700 nm, y el violeta (como las letras de la caja) 400 nm. Todos los demás colores que logro ver están entre esas ondas, es decir entre el rojo y el violeta.

Todo lo que no vemos que tiene longitudes superiores a 700 nm le llamamos infrarrojo, y aquello menor a 400 nm ultravioleta. Ni para arriba ni para abajo vemos nada. Hoy sabemos que hay ondas mucho más grandes y mucho más pequeñas (hasta el infinito) que no vemos pero sabemos que existe porque hemos inventado aparatos para medirlas. Siempre han existido pero la conciencia de ellas aparece con la invención de algún instrumento que nos permita "mirarlas". Entonces las denominamos como si ahora sí las conociéramos "Esta es una luz ultravioleta".

Misma cosa con la audición: podemos oír entre 20 Hz a 20 MHz. Para arriba decimos ondas ultrasónicas y para abajo infrasónicas: las que no podemos oír. Sin embargo sabemos que muchos animales usan esas frecuencias para comunicarse y nosotros no las podemos percibir. Así con todos los sentidos: gusto, olfato y hasta el tacto.

Mi punto es que la percepción humana ha evolucionado para nuestra propia subsistencia, para obtener alimento, para escapar de nuestros predadores, para encontrar cobijo y para dejar descendencia. Sin embargo podemos explorar cosas que no podemos percibir con los sentidos, cosas que podemos intuir.

La Naturaleza está llena de estímulos que no podemos percibir, pero que, de algún modo, podemos sentir. Ahí está el explorar, ahí está el conocer. Para eso debemos sacarnos el paradigma de lo que sabemos, y profundizar más en lo que intuimos.

miércoles, 8 de abril de 2009

Cuento del Avión

El paso por policía internacional había estado pesado, mucha gente viajaba ese día, y sus niños de 4 y 6 años corrian gritando por los pasillos, parecían locos. Ella trataba de ignorar su nerviosismo. Claro, es que viajar en avión con dos niños no era nada de fácil. El paso por las tiendas y la espera en la puerta no habían sido tan malos, después de todo José y Nicolás habían gastado bastante energía persiguiéndose de un lado para el otro. Ahora, ya en pleno viaje, ella estar tranquila, José se había quedado mágicamente dormido inmediatamente después del despegue, mientras que Nicolás pintaba una pantera en un paisaje constituido principalmente de trazados imperfectos, coloreaba los espacios mientras tenía los audífonos puestos, escuchaba una música suave. Parecía abstraido en esa combinación audiovisual. Para la mamá era el respiro que necesitaba y el mejor momento para echarle una miradita a la revista de ofertas "dutty free", a pesar de que sabía que eso no significaba un precio más económico. Todo parecía estar bien, era un momento de relajo y buena energía. Entonces ella puso la vista en su hijo mayor, había dejado de pintar, miraba por la ventanilla absorto con los audífonos puestos.... por sus ojos desfilaban las nueves blancas en una matriz celeste, pasó así un largo rato. De pronto, el niño se sacó los audifonos, y preguntó: "mamá, ¿dónde está Dios?". Se miraban profundamente a los ojos, mamá instintivamente deslizó su palma derecha, la puso sobre el pecho de Nicolás y dijo: "acá", Nico la quedó mirando unos segundos, volvió la vista a las nubes y siguió pintando su pantera.

domingo, 5 de abril de 2009

Gaia II

¿Está enferma la Madre?, ¿Necesita de nosotros?La verdad es sólo uno, por más poderosa que se nuestra tecnología, por más orgullozos y desagradecidos hijos que seamos, por más basura, petróleo tóxicos y misiles que tiremos sobre la Madre, ésta no perecerá, tampoco la vida que hay en ella, por cierto que muchas especies están desapareciendo y muchas más perecerán, incluso nuestra raza.... pero la vida no se acabará, y si la vida no se acaba tampoco la tierra, Gaia, la Pachamama, la tierra, no nos necesita... nosotros necesitamos de ella. Aún no entendemos eso, mientras sigamos envenenandola, nos siguiremos intoxicando, si tratamos de salvarla no haremos más que seguir olvidando el hecho de que no estamos ayudandándola a ella, en verdad lo que hay que comprende es que necesitamos salvarnos a nostroso mismos, a través de ella.

sábado, 4 de abril de 2009

Gaia

¿Está viva la tierra?

¿Por qué nos deja vivir en ella?

A primera vuelta parece loco plantear el hecho de que la tierra, un planeta, se pueda comparar a un Ser Vivo, o a un Ser de cualquier tipo. Es difícil determinar que es vivo y que no, pero un planeta tiene muchas caracteristicas que se alejan de lo que hemos llamos seres vivos. No pareciera ser un Ser, y no pareciera estar viva. ¿Serán los bosques y los prados como el pelaje de la tierra?, ¿Serán los ríos venas y arterias y el mar una gran vejiga? ¿serán las rocas su esqueleto? ¿Será la atmósfera sus pulmones?, me suena romántico pensarla como viva, sin embargo me desconcierta. Pareciera haber algo más que romantisismo.

Hay una coincidencia casi matemática en considerar a la tierra como una madre viva en las culturas ancestrales. Los antiguos Griegos tenían una importante Diosa, Gaia, la Diosa griega de la Tierra que nutría la humanidad. Pero cientos de culturas, muchas de ellas a miles de kilómetros y sin conocerse entre sí la vieron de la misma manera: El título «madre de la vida» fue concedido a la diosa Acadia Kubaba en los hebreos. En la mitología nórdica la Gran Madre, la misma madre de Thor era conocida como Jord. Los Celtas adoraron a Danu o Don. Dana para los indues. En la mitología lituana Gea-Zeme es hija del Sol y la Luna: la tierra.
En nuestras culturas Americanas, la Madre Tierra era conocida bajo tantos nombres y con tantos atributos como las culturas que la reverenciaban. Los aztecas conocían a la Diosa Tierra como Coatlicue (‘la de la falda de serpientes’), mientras las antiguas culturas mexicanas se referían a ella como Tonantzin Tlalli, que significa ‘Reverenda Madre Tierra’.
En Sudamérica (Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y noroeste de Argentina) áun perdura el culto a la Pachamama, la Madre Tierra bondadosa y protectora.
Todos la vieron como una madre, todos, menos los egipsios: Geb es el Padre Tierra mientras Nut es la Madre Cielo.

Prácticamente todas las culturas relevantes en el desarrollo humana conceptualizan a la tierra como un Ser.... ¿Cómo puede ser posible tanta coincidencia?

En el hombre moderno este concepto es infantil y carente de realidad. Sin embargo, hay interesantes escepciones. En el campo filosófico uno de los pensadores contemporáneos más influyentes Carl Jung, sugería que la madre tierra es parte de inconsciente colectivo.... parte del inconsciente coletivo... eso me pone los pelos de punta!. Una Diosa Madre en nosotros. Pero la filosofía no se puede probar. No habrá ningún científico que pueda probar ésto. Pero ahí aparece uno de mis nuevos héroes, que animo a estudiar su vida, tan productiva, tan real, tan concreta, la de un químico con apellido iluminado: James Lovelock.

Lovelock en 1979 publica su idea, que ya llevaba 10 años trabajando: "la teoría de Gaia", la que es soportada por interesantes modelos científicos. En palabras simples Lovelock postula que la tierra fometa la vida y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno. Según la hipótesis de Gaia, la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos. La tierra se comporta como un sistema auto-regulador, al igual que un ser vivo. En otras palabras la tierra es muy hospitalaria y se sostiene a sí misma y a la vida misma.

De todas las interpretaciones posibles me quedo con Jung y Lovestock. Me quedo con Gaia, elijo a la Pachamama. Esta es mi declaración: Para mi la tierra es un Ser, simplemente porque la quiero como a una Madre... y, al menos hasta ahora, sólo quiero lo que existe. Gracias Madre por dejarme vivir en tus faldas, me siento muy cómodo en tí.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Nueva clasificación de las enfermedades de los Animales... y su relación con el hombre I Parte

En la Escuela de Medicina Veterinaria nos pasan ramos que fraccionan a las enfermedades por agente etiológico, esto permite entenderlas de mejor manera, sin embargo se produce al mismo tiempo un sesgo, cual es, el separar al agente causal del huésped como si fueran cosas separadas, como si todos los agentes etiológicos fueran produccido en serie por una fábrica de patógenos y como si todos los huéspedes fueran iguales... lo único que varía en el agente etiológico es la patogenicidad y virulencia, y lo único que varía en el huésped es la inmunidad. Sin embargo, poco se habla del contexto en que se produce esta interacción, poco se habla de escenario en que ocurre.

Estamos preparados con antibióticos, analgésicos y anti-inflamatorios, pero estamos poco preparados para entender y abordar la "cancha" donde el agente etiológico y el animal enfermo se encuentran y juegan el partido, menos aún para tener una idea de cual es la esencia del paciente, lo que está más allá de los órganos y sistemas, y como esa escencia se puede ver afectada, siendo muchas veces ser la verdadera causa o la razón por la cual esta interacción está dando un resultado detrimental en el paciente.

Clasificar las enfermedades por agente etiológico es correcto, en particular por nuestra tendencia a compartimentalizar todo (usando mi post nobel anterior), sin embargo, me parece beneficioso encontrar nuevas formas de clasificarlas, de modo de alcanzar un entendimiento más cabal. He aquí una propuesta:


1.- Enfermedades de los animales silvestres o domésticos en condiciones extensivas en ambientes equilibrados.

2.- Enfermedades en ambientes en desequilibrio y exposición a patógenos nuevos.

3.- Animales inmunodeprimidos, afectados genéticamente o con afecciones que afectan la esencia del ejemplar.

4.- Alteraciones profundas de la biología (y esencia) de la ejemplar.

martes, 24 de febrero de 2009

Teoría de la Compartimentalización

Desde hace mucho tiempo me dí cuenta que la mayor parte del tiempo nuestra mente tiende a clasificar la información en casillas, más bien tendemos a guardar el conocimiento como en cajones o compartimentos. Cada cajón a su vez se divide en más cajones y estos a su vez en otros hasta el infinito. De alguna manera me recuerdan a la muñeca rusa, en la que hay una muñeca de menor tamaño dentro de la muñeca que estamos viendo, y luego otra más pequeña dentro de la segunda y así sucesivamente.

Nos gusta de algún modo, nos da seguridad, tratar de entender el mundo como si tuviera compartimentos. Nos tranquiliza ver fronteras entre un compartimento y otro. La ciencia clasifica los procesos naturales segregando temas como si no estuviesen integrados, hacemos pequeñas cajitas que rara vez mezclamos. Es un vicio que nos hace perder de vista las interconecciones.

Si pensamos, por ejemplo, en los animales, los vamos a clasificar por grupos zoológicos (desde el Phyllum) hasta llegar al cajón de la especie, luego podemos ir más profundo hasta sub-especies, razas y poblaciónes dentro de un área hasta llegar al individuo. El individuo lo podemos dividir en sistemas y éstos en órganos. Si tomamos un órgano en especial, el hígado por ejemplo, podemos dividirlo anatómicamente en partes: lóbulos, vesícular biliar, canalículos, conductos, vasos sanguíneos. Luego podemos encontrar tipos celulares. Dentro del hepatocito, la célula característica del hígado, podemos encontrar otro universo de partes: retículo endoplasmático, mitocondrias, núcleo, vesículas citoplasmáticas y una diversidad de organelos, lo que a su vez dividimos en moléculas que están constituidas por átomos... todo esta clasificación es a grandes rasgos, podría haber una diversidad de clasificaciones entre ellas que también tienden al infinito. Al mismo tiempo hay una diversidad de temas de grandes cajones posibles de descomponer en cajitas más pequeñas, cualquier tema: desde la física hidráulica hasta los autos, o la música o la religión o el maquillaje o lo que se te ocurra, nuestra tendencia es a clasificar, a poner en cajitas lo que sabemos.


Este proceso mental no es malo en la medida que nos demos cuenta de la riqueza que tienen las interconexiones, la barrera que ponemos entre una caja no existe en realidad y contiene una riqueza absoluta, muchas veces mayor que el contenido completo de la caja. La verdadera sabiduría está en reconocer y explorar las interconexiones en las cajas de conocimiento de todos los niveles.


Veamos un ejemplo atingente a lo que estamos hablando: el cerebro. Ciertamente el cerebro se puede descomponer en distintos compartimentos: Dos hemisferios, un cerebelo, el tronco encefálico, los ventrículos, cuerpo callozo, tálamo e hipotálamo, etc. A su vez si tomamos una de esas partes, un hemisferio por ejemplo, lo podemos dividir en lóbulos a los cuales les podemos atribuir funciones, a su vez en los lóbulos se puede reconocer la corteza y esta a su vez en grupos celulares. La únidad básica sería la neurona que a su vez tiene un cuerpo, axones y dendrítas. ¿Quién es más inteligente?, aquel que tiene el hemisferio izquierdo más grande que el derecho?, ¿Aquel que tiene más circunvoluciones en la corteza cerebral?, ¿Aquel que tiene más volumen de la masa encefálica?, ¿tal vez peso? , la evidencia muestra que aquellas personas que son más aventajadas son aquellas que tienen mayor cantidad de interconexiones en todo en cerebro, aquel que es capaz de poner en contacto todas sus estructuras "sin estructura". Buen ejemplo nos da el cerebro.


Mi teoría es que para que la muñeca rusa cobre vida, es decir deje de ser muñeca, para que los compartimentos se transformen un sabiduría, tenemos que comprender y comprehender el conocimiento, como si fuese un todo, donde las interacciones son relevantes y claves en el entendimiento del planeta, el universo y de nosotros mismos, entender que esos tres elementos son sólo uno.


No creo que con esta teoría me gane el novel, pero no deja de ser agradable reconocer la exitencia de la compartimentalización en mi mente, de alguna forma reconocerla me libera.

domingo, 15 de febrero de 2009

Lo que somos

Llevo un rato pensando en qué somos. Somos muchas cosas. Me gusta mantenerme dentro de los ámbitos que la ciencia permite explicar. Obviamente que la ciencia ve sólo una parte de la realidad. Es como iluminar en la noche con una linterna. Se siente algo más que no se puede ver claramente. Sin embargo el método cientifíco es muy eficaz, uno puede comprobar que es verdad y qué no. Aunque históricamente ha fallado en algunas oportunidades, en la mayoría de los casos cuando los estudios son rigurosos, con doble ciego y n grande permite establecer un patrón, una "verdad" e incluso a partir de ahí poder predecir que ocurrirá... eso sí, en el mejor de los casos, en el 95% de los ensayos.
¿Qué somos?: Muchas cosas, para empezar somos seres vivos. No voy a describir lo que es vivo y que no, da al menos para otro post. Sin embargo podemos decir que nosotros, las plantas y los animales estamos vivos. El televisor no.... por ahora. Estamos constituídos por sistemas complejos y órganos que cumplen funciones específicas, pero cuyo fin último es mantenernos vivos (éstos nos diferencia del televisor), a nosotros y en último término a la especie... mantener viva la vida es el fin último de todas las especies.
Nosotros no tenemos control sobre esos sistemas, es imposible pedirle a mi cuerpo que aumente su frecuencia cardíaca, o que segregue más amilasa, lo hacen por sí mismos en mecanismos regulatorios que tiene inteligencia propia, ritmos circadíanos (que dependen de las horas de luz) o mecanismos de retro-aliemntación (feed back), entre los más conocidos. Las células son las unidades más básicas de cada uno de esos órganos. Son unidades muy complejas que necesitan y producen energía, las células también tienen muchos mecanismos compensatorios y crean un ambiente para ellas mismas, su propio mundo, manejan las concentraciones de sales, la entrada de glucosa, la salida de elementos tóxicos e incluso se defienden de agresores a través de vesículas citoplamásticas. Tampoco podemos controlarlas a voluntad, tienen su inteligencia propia. Si nos vamos a lo más pequeño, dentro y fuera de las células tenemos las moléculas, las hay de distnto tipo, desde las más elementales como el agua (H2O) hasta otras más complejas como proteínas. Cada molécula cumple una o varias funciones. Todo está constituído por moléculas.... incluso el televisor. Si queremos ir más profundo ya debemos entrar en el ámbito de la física: Las moléculas están constituídas por átomos y a nivel sub atómico hay particulas más pequeñas, conocemos los protones, neutrones, electrones y fotones. Es probable que queden muchas por conocer. Hasta ahora no sabemos si cada partícula subatómica tiene a su vez elementos más pequeños. Por la experiencia científica probalemente sí. A nivel sub-atómico, la físca cuantica ha permitido descubrir hechos sorprendentes:
1.- Los electrones están siempre en movimiento, siempre hay energía. Sus movimientos no son predecibles, sólo hay una probabilidad de que se encuentre en un determinado lugar. Los electrones chocan entre sí, provocando cambios en los átomos. Cuando un electrón choca con otro, su comportamiento cambia para siempre como si ambos electrones quedaran conectados para siempre.
2.- Como nuestro átomos y sus electrones están en movimiento, lo mismo ocurre con las moléculas, células, órganos y todos los seres vivos. En esencia, no somos algo estático, no somos más que millones de millones de particulas que se mueven y chocan. Toda la materia se comporta así, incluso el televisor, inerte, está constituido por patículas en constante movimiento. Aún más el aire, que no vemos pero que si respiramos, no es más que moléculas de oxígeno, hidrogeno, carbono y nitrógeno que se comportan de la misma manera. Se mueven, interactúan entre sí y con los seres vivos. El agua, por ejemplo, no es más que dos átomos de hidrógeno que se unen al oxígeno en un ángulo de 135º. El oxigeno al medio de los dos oscila... es decir vibra constantemente.
3.- La materia es todo, todo está constituído por materia. Todo lo que nuestros ojos son capaces de reconocer, y aún lo que no ven (como el aire) es materia... y la materia es energía. Albert Einstein fue el primero que lo dijo en le célebre fórmula E=MC2, es decir la Energia y la materia son una misma cosa. Tuvieron que pasar décadas para poder demostrar está fórmula. En palabras simples la materia como nuestro cuerpo o el televisor es energía concentrada.
3.- Es posible captar formas de comunicación entre éstos constituyentes inteligentes: órganos, células, moléculas y átomos. Algunos son muy conocido como hormonas y neurotransmisores, pero también es posible capturar otras formas de comunicación como lo son la electricidad y ondas electromagnéticas. Las cargas eléctricas y ondas electromagnéticas son distintas en un ser humano enfermo en comparación con uno sano.
4.- En nuestro caminar por sobre la tierra estamos recibiendo la energía del sol que interacciona con nuestras células a través de fotones, o sea interactuamos con la energía del sol y también con la de la lámpara del velador. Per además estamos siendo constantemente atravezados por rayos cósmicos, es más estamos recibiendo radiación, ondas electromagnéticas desde los cuerpos celestes del cielo.
5.-Pero más curioso es aún que en plena oscuridad es posible capturar fotones que salen desde los seres vivos, plantas y animales, o sea también emitimos luz.

Somos seres vivos
Somos materia en una sopa de más materia
Somos energía en una matriz de energía
Somos luz
Tenemos complejas formas de comunicación interna y externa que apenas conocemos.

Eso... para empezar

viernes, 30 de enero de 2009

Sincronía

"Si la cosecha nos hace olvidar de las semillas, perdemos la magia del sembrador. Si la abundancia nos hace olvidar que el dar es nuestra siembra, esa abundancia sólo será el primer paso a la miseria. Si no nos resistimos a perder el lastre del no ser, revelamos la siempre alegre y sencilla levedad del ser "
Dr. Jorge Carvajal



... gracias chino!

lunes, 26 de enero de 2009

Pregunta

y si hay tanta abundancia... ¿Por qué hay tanta infelicidad? ¿Por qué toda esa abundancia no nos satisface?

jueves, 22 de enero de 2009

Declaración

Hoy, 23 de Enero, cumplo 37 años. Estándo en paz conmigo y con mis relaciones vienen bien estas 10 declaraciones:

1.- Amo a la vida, la mía y todas las formas que me rodean.

2.- Soy creyente. Creo que soy hijo de la Madre Tierra y el Padre Cielo, soy hijo del Sol, todos las criaturas son, entonces, como mis hermanos.

3.- Creo en Dios, en el Gran Espíritu, Alá, Yavé, Jehová, la Energía Universal... todos son lo mismo. Es más, soy un hijo consentido de Él y me gusta serlo. Lo bueno es que me doy cuenta de ello. Creo que todos lo somos aunque muchos no lo reconocen. Me ha puesto buena gente en el camino y buenas pruebas en la vida. Al mismo tiempo tengo muchos regalos que me hace a diario, me tiene mal enseñado y mimado, me gusta que me trate así.

4.- Creo en Cristo, es más, soy cristiano. Me encanta Jesús y sus enseñanzas, creo que es bacán, me gusta darle mi propia interpretación a su vida y lecciones, imaginarme sus pensamientos. Me encanta la divinidad de Jesús en sus enseñanzas y en particular en sus milagros, pero me empatiza más su humanidad, cuando se enojaba, cuando resucitó a su amigo (Lázaro), cuando convirtió el agua en vino porque su madre se lo pidió, o cuando se sentió abandonado en la Cruz, o sea nada le fue fácil, vivió como hombre, como hombre iluminado, es pulento.

5.- A pesar de mi formación, no soy católico, es decir no practico esa religión.... ésto es en parte mentira ya que trato de sacar lo mejor de cada religión y evito todos los dogmas y mandamientos, que creo son sólo una interpretación humana con mucho error. Creo que si Jesús viera el vaticano hoy haría algo parecido a lo que hizo en el mercado frente al templo.

6.- Creo que los animales, las plantas y todos los seres vivos tienen Espíritu, es más, los animales son como mi religión, algunos son muy poderosos y me ayudan en mi camino... igualito que las plantas. Hay plantas sagradas y poderosas que pueden ser maestras o sanadoras... igualito que los animales.

7.- Me gustan los árboles, el pasto, caminar descalzo en la noche. El viento en el follaje me limpia, tranquiliza y energiza. El agua es un elemento mágico, lo mismo que el fuego. Me encantan los bosques del sur, el altiplano del norte, la vida bajo el agua, la Cordillera de Los Andes y su aire limpio. Me encanta haber nacido en este entorno. Siento un inmenso placer al plantar un árbol, al cosechar una calabaza de nuestra huerta, lo mismo al comerme un durazno recién sacado, es una bendición.

8.- Tengo una vocación potente, que no es otra cosa que saber escuchar el corazón y por lo tanto tener un contacto con lo Divino, no sé por qué es tan marcado pero lo agradezco, sospecho que en todos es igual, sólo que yo dejé escuchar lo que mi corazón tenía que decirme, ojala nunca deje de hacerlo. Respeto y valoro mi trabajo, es un desafío constante. Tengo un equipo potente y los animales que cuidamos son sencillamente increíbles. En el fondo trabajo en mi vocación, por eso soy tan pegao.

9.- Amo inmensamente a mi familia, son puros maestros, en particular mis hijos, sacan lo mejor de mí (también a veces lo peor), me hacen sentir la vida con intensidad, me siento como enamorado de ellos... siento al mismo tiempo que soy más poderoso con ellos... son lo máximo. Quiero vivir la vida con mi pareja, hablar el mismo lenguaje, amar, ser amado. Estoy agradecido y honro la vida de mis Padres, agradezco me hayan criado así, libre. Agradezco a mis hermanas y hermano el cariño que me dan a pesar de verlos poco, me divierte mucho estar con ellos.

10.- Tengo 37 años, la vida no podría ser mejor... o sí? viene un nuevo año para descubrirlo.

lunes, 19 de enero de 2009

Abundancia Loca III

La segunda razón es claramente la codicia... en realidad es más que eso es el sentimiento profundo del humano moderno de la insatisfacción.... el círculo del 99... el creer que siempre necesitamos más cuando estamos rechonchos como cerdos, el poner la felicidad en el futuro cuando tenga esto y aquello.... y si aquello llega, entonces no era lo que esperaba, o rápidamente aparece otra cosa en el horizonte. Somos el burro que sigue la zanahoria, sin darse cuenta que olvidar esa zanahoria es alcanzar la libertad. Nuestra mente nos coloca una zanahoria en frente y nosotros los muy imbéciles la seguimos sin darnos cuenta que la libertad, la felicidad y la plenitud están en el camino, están en no seguir la zanahoria que nunca alcanzaremos sino en disfrutar de lo que ya tenemos, de la hermosa pradera que está a nuestros pies, de las cosas simples, de la Naturaleza, de la naturaleza humana, de lo que somos. La codicia... el círculo del 99 (pensar que siempre nos falta una moneda para ser feliz) nos tiene donde estamos, entrampados en el egoismo y exitismo, en un círculo en el que nada nunca es suficiente, en el "¿cómo el otro tiene más si se merece menos?".
Esta desformación de la mente nos lleva a cometer actos desmedidos y usualmente crueles (especialmente contra nosotros mismos), llevándo a los más desprotegidos a la pobreza, a la falta de abundancia en su sentido más general, creyéndo que nosotros sacamos ventaja. Pero en realidad nos alejamos cada vez más del objetivo real, sólo seguimos la zanahoria... un espejismo creado por nosotros mismos. Ignorancia y Codicia, mala collera. Menos mal que también existe la luz, la magia, el entusiasmo y la creatividad para disfrutar de tanta abundancia... por cierto mi durazno también se volvió loco, se cree racimo de uvas.. ¿alguien quiere?