sábado, 25 de abril de 2009

Lo que no vemos

Son muchas las cosas que no somos capaces de percibir con alguno de nuestros sentidos, demasiadas. No sé por qué validamos tanto sólo que vemos, si sabemos que es mínimo. De algún modo somos flojos al quedarnos con lo que "sabemos" sin querer explorar el inmenso océano que no vemos. Nos quedamos sin conocer... porque seguimos arraigados con lo que "sabemos". Ésta es una crítica que el mismisimo Humberto Maturana hace a la ciencia. Mencionamos las cosas como si las conociéramos, las denominamos, y al hacerlo perdemos gran parte de la complejidad que tiene, a veces también gran parte de su magia.

Pensemos en lo que vemos. En este momento que veo: veo una pantalla con colores que sale de una caja plástica que tiene más colores que a su vez está sobre una mesa café, que a su vez sostiene otros elementos: un celular, un planta y una caja de fósforos. Conozco todos esos elementos. Estoy en una habitación con una luz encendida que me permite ver donde estoy y lo que tengo alrededor. Al fondo hay un rincón oscuro, no logro ver nada, ya que la ampolleta no logra iluminarlo. Sé que existe ese rincón porque lo veo de día, pero ahora no lo veo. Más allá de eso, de lo que sí creo que veo, en realidad sólo es una pequeña fracción. Claro, lo que veo, por ejemplo la planta al lado del computador, es luz reflejada, es decir la luz de la ampolleta que choca sobre la planta y se refleja en mis ojos. Yo puedo diferenciar su forma y su color, pero sólo una parte mínima, lo que llamamos el espectro visible: longitudes de onda de 400 a 700 nm , nada más. El color rojo (del copihue de la caja de fósforos a mi lado) tiene una longitud de onda de 700 nm, y el violeta (como las letras de la caja) 400 nm. Todos los demás colores que logro ver están entre esas ondas, es decir entre el rojo y el violeta.

Todo lo que no vemos que tiene longitudes superiores a 700 nm le llamamos infrarrojo, y aquello menor a 400 nm ultravioleta. Ni para arriba ni para abajo vemos nada. Hoy sabemos que hay ondas mucho más grandes y mucho más pequeñas (hasta el infinito) que no vemos pero sabemos que existe porque hemos inventado aparatos para medirlas. Siempre han existido pero la conciencia de ellas aparece con la invención de algún instrumento que nos permita "mirarlas". Entonces las denominamos como si ahora sí las conociéramos "Esta es una luz ultravioleta".

Misma cosa con la audición: podemos oír entre 20 Hz a 20 MHz. Para arriba decimos ondas ultrasónicas y para abajo infrasónicas: las que no podemos oír. Sin embargo sabemos que muchos animales usan esas frecuencias para comunicarse y nosotros no las podemos percibir. Así con todos los sentidos: gusto, olfato y hasta el tacto.

Mi punto es que la percepción humana ha evolucionado para nuestra propia subsistencia, para obtener alimento, para escapar de nuestros predadores, para encontrar cobijo y para dejar descendencia. Sin embargo podemos explorar cosas que no podemos percibir con los sentidos, cosas que podemos intuir.

La Naturaleza está llena de estímulos que no podemos percibir, pero que, de algún modo, podemos sentir. Ahí está el explorar, ahí está el conocer. Para eso debemos sacarnos el paradigma de lo que sabemos, y profundizar más en lo que intuimos.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hay muchas cosas que no vemos y que dependemos de ellas. La energía, la electricidad, el oxígeno...y sabemos que existen. Imaginate la cantidad de cosas que no vemos y que no sabemos que existen...
es una idea reconfortante