miércoles, 8 de abril de 2009

Cuento del Avión

El paso por policía internacional había estado pesado, mucha gente viajaba ese día, y sus niños de 4 y 6 años corrian gritando por los pasillos, parecían locos. Ella trataba de ignorar su nerviosismo. Claro, es que viajar en avión con dos niños no era nada de fácil. El paso por las tiendas y la espera en la puerta no habían sido tan malos, después de todo José y Nicolás habían gastado bastante energía persiguiéndose de un lado para el otro. Ahora, ya en pleno viaje, ella estar tranquila, José se había quedado mágicamente dormido inmediatamente después del despegue, mientras que Nicolás pintaba una pantera en un paisaje constituido principalmente de trazados imperfectos, coloreaba los espacios mientras tenía los audífonos puestos, escuchaba una música suave. Parecía abstraido en esa combinación audiovisual. Para la mamá era el respiro que necesitaba y el mejor momento para echarle una miradita a la revista de ofertas "dutty free", a pesar de que sabía que eso no significaba un precio más económico. Todo parecía estar bien, era un momento de relajo y buena energía. Entonces ella puso la vista en su hijo mayor, había dejado de pintar, miraba por la ventanilla absorto con los audífonos puestos.... por sus ojos desfilaban las nueves blancas en una matriz celeste, pasó así un largo rato. De pronto, el niño se sacó los audifonos, y preguntó: "mamá, ¿dónde está Dios?". Se miraban profundamente a los ojos, mamá instintivamente deslizó su palma derecha, la puso sobre el pecho de Nicolás y dijo: "acá", Nico la quedó mirando unos segundos, volvió la vista a las nubes y siguió pintando su pantera.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

lejos, lejos... lo mejor que has escrito en tu blog... y sin faltas de ortografía!!!!!!!

slds y buen finde para los 4

D3

Unknown dijo...

Que bello Mauro.
Entre tu y el Felipe me van a sacar el puesto de escritora.
Te quiero hermano

Felipe dijo...

increible.

Un abrazo.