sábado, 13 de septiembre de 2008

Contradicciones

Este blog ha sido un espejo, lo que critico o valoro no es más que un reflejo de mi propia persona. Mis propias contradicciones. Estoy comenzando un viaje raro que me llevará a la tierra de mis ancestros: Bélgica, sin embargo hoy me encuentro tomando un café en Starbucks frente al World Trade Center en New York, o sea en la cuna del hombre moderno de vida occidental.... en el mismo epicentro, no más, no menos... curioso que esté aquí, el hecho es que tengo que estar 6 horas en esta ciudad y no me hacía gracia pasarlas en el Aeropuerto. Llevo varias semanas pensando en las enfermedades y pensaba escribir de eso..... acá se ve mucha gente enferma, de cuerpo y mente. Gente pálida, de piel quebradiza, triste. Me vine en el metro (subway) y frente a mí una mujer se sentó a llorar, estuvo llorándo todo el trayecto...... pareciera ser lo más normal. Bueno no hay nada de malo con llorar, es sólo que en esta ciudad se ve de todo, y ese cuadro que me tocó al frente me conmovió. No nos damos cuenta y nos enfermamos, sólo por no escucharnos, sólo por alejarnos de nuestra esencia... de lo que somos en verdad.
Estoy en New York, lo opuesto a mi ideal para hacer un hogar. Me bajé en cualquier estación y llegué justo a la zona cero, donde cayeron los dos gigantes de fierro y cemento construidos por el hombre moderno. En el lugar todavía hay tristeza, fotos de los muertos, flores, cartas, dibujos de sus hijos. En frente construyeron un memorial que ya se transformó en hito turístico.... y es que así son los gringos, unas máquinas fabricantes de dinero... el dios más poderoso por estos lados.... the world trade center.
Lo curioso es que no me siento tan mal acá. NY tiene grandes plazas y árboles enormes. Tal vez sea la diversidad cultural, la diversidad de naturalezas del hombre. Al comprar el café me atendieron dos gringos: una blanca con sobrepeso y un negro (típicos!), luego de venderme el café con excesiva gentileza, comenzaron a cantar en forma alegre y melodiosa.... eso, a cantar no más, a 20 metros del desastre más grande que la historia del hombre moderno tiene memoria... Fue lindo, me imagino que eso significa que nuestra esencia como seres vivos de esta tierra está ahí, es impercedera... nos aguarda, en cualquier lugar, incluso bajo un árbol en el centro económico y político del hombre.

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