domingo, 21 de septiembre de 2008

Reguladores

Todos los seres vivos tienen reguladores. Aquellos que se ubican más abajo en la pirámide de la vida, los productores (plantas que obtienen la energía desde el sol), son controlados por las condiciones climáticas y físicas así como por los eventos estocásticos. Además los herbívoros, es decir los consumidores primarios, mantienen un control sobre éstos. Sin los herbívoros no existiría una diversidad en las plantas, no me refiero sólo al hecho de que los herbívoros son eficientes dispersadores de su genética (Ej: semillas, propágulos, etc.), sino que establecen un equilibrio entre las distintas especies vegetales. Sin los herbívoros prevalecerían algunas especies vegetales sobre otras, que por ser peores competidoras serían desplazadas. Este es un interesante efecto si se considera que lo hacen comiéndoselas. A su vez los herbívoros tienen depredadores y estos depredadores al mismo tiempo tienen predadores tope, generalmente especialistas carnívoros. La subsistencia de los carnívoros depende de un gran nº de presas y ese número, abundancia o biomasa, es exponencial hacia abajo, es decir hacia los herbívoros y productores primarios (vegetales, hongos, etc.). Esto quiere decir que los predadores tope son los menos numerosos y los más susceptibles a los cambios en la pirámide o en el ambiente. Esta relación entre los seres vivos se le llama en Ecología las cadenas tróficas. Es por esto que ellos (los predadores tope) no tienen más reguladores que su propia competencia, con los de su misma especie (intraespecífica) u otros carnívoros especialistas (interespecífica). En este proceso de pérdida de biodiversidad que se encuentra experimentando el planeta, las especies que primero se ven afectadas son los predadores tope, en general son especies muy amenazadas por los cambios que el hombre ha hecho en el mundo.
¿Tenemos reguladores?, ¿o somos predadores tope que nos regulamos solos? Esta pregunta es interesante porque si fuéramos predadores tope no tendríamos que preocuparnos por el cambio de la tierra y la biodiversidad, sería sólo una cuestión de competencia intra-específica, o sea una regulación interna. Por otro lado si no somos predadores tope ¿quién nos regula a parte de nosotros mismos y la disponibilidad de los recursos?. Para mí aquí hay una de las preguntas claves del descubrimiento de la naturaleza humana. Si bien somos depredadores, (basta con mirarnos al espejo y ver nuestros ojos: nuestra visión bi-focal), no somos predadores tope. Somos Omnívoros, no tenemos garras ni grandes colmillos, nuestro sistema digestivo no es tan corto. No somos predadores tope. Nuestra fisiología concuerda con nuestra evolución de cazadores – recolectores, ese oficio sigue muy ligado a nuestra esencia, o sea estaríamo digamos en la mitad de la pirámide.... claro, si estuviérmos conectados con la Tierra. ¿Entonces que pasó con nuestros reguladores?... Fácil, escapamos de ellos al crear nuestro mundo privado, nuestro mundo desconectado de las redes de la Naturaleza. En realidad no sólo escapamos sino que los aniquilamos, los predadores tope han sido los animales más perseguidos en la historia del hombre moderno: Extinto dientes de sable, extinto lobo de tasmania, extinto milodón, amenazados grandes felinos, osos, etc..
¿Quiere decir esto que nos quedamos sin reguladores?... A primera vista pareciera ser que sí, pero no es cierto…. Aquí viene lo más curioso de todo: Los reguladores de los seres humanos, una de las criaturas más complejas sobre la faz de la tierra, son los organismos más simples y primitivos: virus, bacterias, protozoos, priones, los que llamamos agentes infecciosos, las enfermedades, que en cualquier momento pueden disminuir nuestra población en forma dramática. Ya lo han hecho antes y lo volverán a hacer: las grandes epidemias. Hay, en este momento agentes infecciosos incubándose esperando su momento para actuar, limitado por los avances de las ciencias de la salud y los sistemas epidemiológicos internacionales. Es un equilibrio inestable, sin duda.

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