viernes, 14 de noviembre de 2008

Sobre la Sanación

Hay varias alternativas para explicar el caso del erizo, desde distintos ámbitos. Todo tiene un explicación lógica. Voy a proponer sólo tres:
1.- El cambio de ambiente y de productos farmacéuticos permitió controlar las bacterias que estaban afectando la piel del erizo. Si bien esta alternativa es frecuente, es la menos probable en este caso. El tratamiento farmacológico que le hice al final distaba de ser agresivo o distinto al realizado por meses. Sin embargo, es una alternativa que no se puede descartar.
2.- El estar en contacto con la tierra, le permitió al erizo disminuir su estrés, estar más estimulado conductualmente y como consecuencia una disminución de los niveles séricos de cortisol y aumento de los linfocitos, teniendo como consiguiente una mejora en su inmunidad celular. Esta alternativa sin duda está involucrada. No sólo eso sino que creo que el erizo se vio estimulado por endorfinas que aplacaron su dolor, lo que a su vez también posibilitó su recuperación.
3.- El erizo, al estar en contacto con la tierra, tomó contacto con su esencia, pudo profundizar en su Ser y encontrar sanación no sólo en su cuerpo, sino en su Espíritu. Esta alternativa es muy aventurada…. sería digno de considerarse como una locura o al menos una volada… sin embargo, de eso se trata “Naturaleza en el Hombre”. Creo que al entrar en contacto con la Naturaleza se produce un descanso profundo en nuestro Ser. La tierra, las piedras, los árboles, los animales, las plantas y todos los componentes de la Naturaleza, tienen una sabiduría, un poder especial. Reposamos en ella y nos permite llegar más fácilmente al Corazón y al Espíritu. Es un puente, muy antiguo. Nuestro cuerpo, mente y corazón debe recordar esa esencia en ese escenario.
Honestamente no sé qué le pasó al erizo de tierra, quiero elegir la tercera interpretación, al menos por esta vez. Yo no sé si los erizos tienen Espíritu…….. pero la verdad, creo que todos los seres vivos lo tienen. Algunos Espíritus Animales son muy poderosos. Muchas culturas originarias adoraban animales como verdaderos dioses. Tal vez algo conocían que nosotros olvidamos. Lo que puedo asegurar, habiendo trabajado profesionalmente con ellos por 12 años, es que son seres mucho más complejos y profundos de lo que parecen. Muchas veces siento que trabajo yo para ellos como ellos para mí.
Lo bueno es que cada uno es libre de elegir su propia interpretación.

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