domingo, 28 de septiembre de 2008

Reguladores II

Claro, pero los agentes infecciosos existen en todos los seres vivos, los regulan a todos. Sin embargo, el ser humano al haber escapado de sus predadores, al haber escapado y al haberlos eliminado se quedó sólo con los agentes infecciosos. Pero es más que eso. Los agentes infecciosos cumplen en vida silvestre un rol regulador muy discreto, dan cuenta de aquellos individuos más débiles y por lo tanto son parte de la selección natural dando el efecto esperado: la evolución. En vida silvestre, en un ambiente prístino, los agentes infecciosos no son un problema, sino más bien parte de un equilibrio, un integrante más de la biodiversidad. Hay una convolución entre los agentes infecciosos y sus huéspedes, lo que hace que en términos poblacionales no se hagan daño. En cambio para el hombre son de gran amenaza. La razón es simple, hemos cambiado el escenario donde se lleva a cabo la interacción, es decir la cancha donde se miden los huéspedes y agentes infecciosos, lo que ha favorecido a un gran número de ellos. Por otro lado hemos estimulado la evolución de los agentes infecciosos, haciéndolos cada vez más difíciles de controlar. Estimulamos su reproducción y mutación al colocarlos en distintos eventos, al aplicarles fármacos que matan a gran parte de ellos, pero los sobrevivientes se hacen más resistentes y difíciles de controlar. Es una carrera entre la evolución de estos microorganismos y las ciencias médicas.
Al mismo tiempo el ser humano evoluciona en forma inversa frente a las enfermedades. Al usar medicamentos impedimos a nuestro sistema inmune que se fortalezca, que gane experiencia y destreza en el combate de estos agentes, nos hacemos más débiles. Nuestro cuerpo no se moldea al ritmo de la evolución, sino más bien al ritmo de los arquetipos inducidos por los medios de comunicación. Para que decir de nuestra dieta…. Pero ese es otro tema.
Un ejemplo simple en la medicina del día de hoy: los partos por cesárea llegan hoy casi al 50 % . Esto lleva a que los siguientes partos de esa misma madre también deban ser por cesárea. La razón es que el parto dejó de ser natural, sino que un evento médico bajo absoluto control en que el día y hora es programado a conveniencia del médico, y no siguiendo lo que el cuerpo dice. Se me ocurren miles de ejemplos más. Es probable que un porcentaje de las mujeres en forma natural mueran durante el parto. En las comunidades originarias sería muy bajo, sin embargo si nos vemos forzados a vivir sin la medicina moderna muchas mujeres morirían en el parto, porque hemos seleccionado a favor a aquellas mujeres que no podría parir y ellas han diseminado ese gen a su descendencia. Es duro pensar de esa manera, pero es la forma en que la selección natural opera. La hemofilia por ejemplo es una enfermad de origen genético mucho más frecuente de lo debido, sólo por el hecho de la acción de la vida moderna. Mucha gente vive y disemina enfermedades en la población ya que la medicina moderna lo permite. Con eso no digo que la gente que tenga enfermedades no pueda vivir una vida normal y feliz, sino que quiero ejemplificar que la medicina moderna no tiene en consideración la naturaleza de las enfermedades ni su historia evolutiva.
Los agentes infecciosos son un tema en el hombre. Pero hay algo que me llama poderosamente la atención: las enfermedades creadas por nuestra forma de vida. Enfermedades que no tienen otros animales silvestres. Enfermedades que trascienden el cuerpo, que calan profundo en nuestro ser: las enfermedades del hombre moderno.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Reguladores

Todos los seres vivos tienen reguladores. Aquellos que se ubican más abajo en la pirámide de la vida, los productores (plantas que obtienen la energía desde el sol), son controlados por las condiciones climáticas y físicas así como por los eventos estocásticos. Además los herbívoros, es decir los consumidores primarios, mantienen un control sobre éstos. Sin los herbívoros no existiría una diversidad en las plantas, no me refiero sólo al hecho de que los herbívoros son eficientes dispersadores de su genética (Ej: semillas, propágulos, etc.), sino que establecen un equilibrio entre las distintas especies vegetales. Sin los herbívoros prevalecerían algunas especies vegetales sobre otras, que por ser peores competidoras serían desplazadas. Este es un interesante efecto si se considera que lo hacen comiéndoselas. A su vez los herbívoros tienen depredadores y estos depredadores al mismo tiempo tienen predadores tope, generalmente especialistas carnívoros. La subsistencia de los carnívoros depende de un gran nº de presas y ese número, abundancia o biomasa, es exponencial hacia abajo, es decir hacia los herbívoros y productores primarios (vegetales, hongos, etc.). Esto quiere decir que los predadores tope son los menos numerosos y los más susceptibles a los cambios en la pirámide o en el ambiente. Esta relación entre los seres vivos se le llama en Ecología las cadenas tróficas. Es por esto que ellos (los predadores tope) no tienen más reguladores que su propia competencia, con los de su misma especie (intraespecífica) u otros carnívoros especialistas (interespecífica). En este proceso de pérdida de biodiversidad que se encuentra experimentando el planeta, las especies que primero se ven afectadas son los predadores tope, en general son especies muy amenazadas por los cambios que el hombre ha hecho en el mundo.
¿Tenemos reguladores?, ¿o somos predadores tope que nos regulamos solos? Esta pregunta es interesante porque si fuéramos predadores tope no tendríamos que preocuparnos por el cambio de la tierra y la biodiversidad, sería sólo una cuestión de competencia intra-específica, o sea una regulación interna. Por otro lado si no somos predadores tope ¿quién nos regula a parte de nosotros mismos y la disponibilidad de los recursos?. Para mí aquí hay una de las preguntas claves del descubrimiento de la naturaleza humana. Si bien somos depredadores, (basta con mirarnos al espejo y ver nuestros ojos: nuestra visión bi-focal), no somos predadores tope. Somos Omnívoros, no tenemos garras ni grandes colmillos, nuestro sistema digestivo no es tan corto. No somos predadores tope. Nuestra fisiología concuerda con nuestra evolución de cazadores – recolectores, ese oficio sigue muy ligado a nuestra esencia, o sea estaríamo digamos en la mitad de la pirámide.... claro, si estuviérmos conectados con la Tierra. ¿Entonces que pasó con nuestros reguladores?... Fácil, escapamos de ellos al crear nuestro mundo privado, nuestro mundo desconectado de las redes de la Naturaleza. En realidad no sólo escapamos sino que los aniquilamos, los predadores tope han sido los animales más perseguidos en la historia del hombre moderno: Extinto dientes de sable, extinto lobo de tasmania, extinto milodón, amenazados grandes felinos, osos, etc..
¿Quiere decir esto que nos quedamos sin reguladores?... A primera vista pareciera ser que sí, pero no es cierto…. Aquí viene lo más curioso de todo: Los reguladores de los seres humanos, una de las criaturas más complejas sobre la faz de la tierra, son los organismos más simples y primitivos: virus, bacterias, protozoos, priones, los que llamamos agentes infecciosos, las enfermedades, que en cualquier momento pueden disminuir nuestra población en forma dramática. Ya lo han hecho antes y lo volverán a hacer: las grandes epidemias. Hay, en este momento agentes infecciosos incubándose esperando su momento para actuar, limitado por los avances de las ciencias de la salud y los sistemas epidemiológicos internacionales. Es un equilibrio inestable, sin duda.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Contradicciones

Este blog ha sido un espejo, lo que critico o valoro no es más que un reflejo de mi propia persona. Mis propias contradicciones. Estoy comenzando un viaje raro que me llevará a la tierra de mis ancestros: Bélgica, sin embargo hoy me encuentro tomando un café en Starbucks frente al World Trade Center en New York, o sea en la cuna del hombre moderno de vida occidental.... en el mismo epicentro, no más, no menos... curioso que esté aquí, el hecho es que tengo que estar 6 horas en esta ciudad y no me hacía gracia pasarlas en el Aeropuerto. Llevo varias semanas pensando en las enfermedades y pensaba escribir de eso..... acá se ve mucha gente enferma, de cuerpo y mente. Gente pálida, de piel quebradiza, triste. Me vine en el metro (subway) y frente a mí una mujer se sentó a llorar, estuvo llorándo todo el trayecto...... pareciera ser lo más normal. Bueno no hay nada de malo con llorar, es sólo que en esta ciudad se ve de todo, y ese cuadro que me tocó al frente me conmovió. No nos damos cuenta y nos enfermamos, sólo por no escucharnos, sólo por alejarnos de nuestra esencia... de lo que somos en verdad.
Estoy en New York, lo opuesto a mi ideal para hacer un hogar. Me bajé en cualquier estación y llegué justo a la zona cero, donde cayeron los dos gigantes de fierro y cemento construidos por el hombre moderno. En el lugar todavía hay tristeza, fotos de los muertos, flores, cartas, dibujos de sus hijos. En frente construyeron un memorial que ya se transformó en hito turístico.... y es que así son los gringos, unas máquinas fabricantes de dinero... el dios más poderoso por estos lados.... the world trade center.
Lo curioso es que no me siento tan mal acá. NY tiene grandes plazas y árboles enormes. Tal vez sea la diversidad cultural, la diversidad de naturalezas del hombre. Al comprar el café me atendieron dos gringos: una blanca con sobrepeso y un negro (típicos!), luego de venderme el café con excesiva gentileza, comenzaron a cantar en forma alegre y melodiosa.... eso, a cantar no más, a 20 metros del desastre más grande que la historia del hombre moderno tiene memoria... Fue lindo, me imagino que eso significa que nuestra esencia como seres vivos de esta tierra está ahí, es impercedera... nos aguarda, en cualquier lugar, incluso bajo un árbol en el centro económico y político del hombre.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Vuelta a la Espiritualidad

Una idea que se me ha venido a la mente otra vez en este tiempo, que tampoco debe ser nueva, es la relación entre el hombre, la naturaleza, la espiritualidad y la religión. Ninguna religión abarca cabalmente la divinidad, y al mismo tiempo todas lo hacen. Las religiones son creadas por el hombre, generadas a partir de personas muy iluminadas… ya explicaré lo que creo significa iluminadas. Trataré de darme a entender: Dios, El Gran Misterio, La Energía Universal, o como cada uno quiera llamarlo, no está en las religiones, ni en los ritos ni en las ceremonias. En realidad está dentro de nuestro Ser, en nosotros. Lo que hacen estos diseños no es otra cosa que conectarnos con la Divinidad acá adentro, o sea, con lo que llamamos Espíritu. Es decir, las religiones (diseños) no son Divinas, nosotros tenemos la Divinidad interior y los diseños nos ayudan a llegar a ella. Si esto es verdad, no importa que religión practiquemos, incluso puedes no practicar ninguna, o todas, lo importante es llegar a conectarte con tu Espíritu…. Y que es Espíritu?… eso no lo sé, y si lo supiera no sabría como explicarlo. Sólo sé que ahí está. Sólo se siente. Está en todos lados rodeándonos y sobretodo dentro nuestro. Los grandes maestros, los profetas, mesías, Cristo, son seres que, creo, estaban muy conectados con su Espíritu y a partir de ahí generaron sus enseñanzas. Lo que puedo decir es que en todos los diseños es la Naturaleza el elemento de conexión, el encuentro con la Paz… con el Amor. Todos los grandes maestros simplifican el significado de lo Divino en la Paz y el Amor. Si es cierto que tenemos cuatro fases o partes: cuerpo, mente, corazón (sentimientos) y espíritu, estos maestros estaban muy conectados con todas esas partes, las tenían bien alineadas. Lo que nos pasa a los hombres modernos es que nos entrampamos en las primeras dos y no nos dejamos ver más allá en nuestro Ser. Nuestra vida moderna nos ha entregado una religión, un diseño, sin corazón ni espíritu y la seguimos ciegamente…. Rendimos culto y tenemos rituales dedicados al cuerpo y la mente. Despertar significa entonces encontrarnos más profundamente. Eso… en mi humilde opinión.