sábado, 16 de agosto de 2008

El Árbol IV parte y Final

Vivimos tiempos dificiles, y al mismo tiempo hermosos. Según mi concepto comenzamos a vivir el desafío más importante de nuestra historia sobre la tierra. Hay muchos que creemos que trabajamos para la conservación de los animales y las plantas, de los recursos naturales, pero a poco andar nos damos cuenta de que estamos trabando para sostener nuestra propia existencia. Hemos creado un mundo artificial, usamos los recursos que nos dá la naturaleza para crear un mundo propio. Nuestro desarrollo intelectual nos permitió desarrollar herramientas e instrumentos que nos facilitan enormemente la vida, y eso hizo que nuestra especie aumente de manera estrepitosa por todos los rincones del planeta. Es fácil vivir en estos días, ya que somos muy sociales y cooperativos, contamos con complejas y múltiples herramientas. Sin embargo, todo este desarrollo tecnológico hizo también que olvidáramos muchas cosas, de quienes somos en verdad, de cual es nuestra escencia. El vivir en este mundo artificial, en esta burbuja de plástico, nos tiene un poco mareados, un tanto asfixiados.... y no somos capaces de ver lo que está pasándo fuera de la burbuja, a leer los signos, a entender a la naturaleza. Con ésto no hacemos otra cosa sino que dejar de escucharnos a nosotros mismos. Pero nuestra escencia está en nuestro corazón.... y la naturaleza es quién nos ayuda a escucharlo. Estamos siendo constantemente bombardeados por estímulos de la ciudad, estímulos falsos o distorcionados, y no nos damos el tiempo de escuchar los estímulos naturales. Los elementos y las formas de vida nos recuerdan quienes somos, y por lo tanto cómo podemos vivir en paz. ¿Qué tiene que ver ésto con el Árbol?.. todo.

El árbol es el ser viviente más antiguo del planeta, él nos vió nacer y crecer, y también alejarnos. El árbol tiene gran parte de nuestras historia en sus raices. La corteza de su tronco ha sido tocada por nuestros ancestros, con sus ramas se han prendido grandes fuegos de unión y aprendizaje. Por este motivo el colocarse bajo la sombra de un árbol con el corazón abierto no hace más que recordarnos quienes somos, entregarnos sólidos consejos y la ruta de la vuelta a casa...

No hay comentarios: